Pedro, el negador

miércoles, 19 de abril de 2023
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17/04/23- El Padre Mateo Bautista, sacerdote camilo, nos acompaña cada lunes con el ciclo “Personajes bíblicos”, para conocer más profundamente a quienes formaron parte de la historia de la Salvación. En esta oportunidad dialogamos sobre la figura de Pedro. Nos preguntamos: ¿En qué me parezco a Pedro?; ¿En qué no me tengo que parecer a él?

Pedro: un ejemplo de la Pastoral del duelo

Negar en persona al mismo Hijo de Dios, siendo el primer Papa, ¿quien lo puede hacer?. Por eso la figura de Pedro es también una gran motivo de esperanza. Siempre somos más grandes que cualquier herida, que cualquier desesperación, que cualquier sufrimiento.

Las valentonadas de Pedro

La figura de Pedro es muy atractiva. En primer lugar porque era muy envalentonado. Lo podemos ver en algunos textos bíblicos donde Pedro se muestra un poquito fanfarrón. Es capaz de hablar de su yo, comparándose con los otros apóstoles “Aunque tenga que morir contigo, no te negaré”(Mc 14, 26-31).
En otro texto, vemos la impulsividad de Pedro (Lc 22, 31-34) “Estoy dispuesto a ir contigo hasta la cárcel y la muerte”. Aquí Jesús alerta y ruega por Pedro.

En otro texto, vemos la valentía para defender a su amigo (Jn. 18) , donde Pedro le corta la oreja a Malco con la espada. Un hombre decidido por el Señor Jesús.

Pero estos momentos de valentía tiene un momento de una gran crisis: la tres negaciones de Pedro.

La negación es toda una traición

Pedro termina siendo más cobarde que Judas. Jesús alertó varias veces Pedro para prepararlo para la traición. Posterior a la negación hubo dos gestos muy significativos: una mirada de Jesús y una actitud de Pedro. Cuando Jesús lo mira, Pedro llora.

La gran diferencia entre Judas y Pedro es que Judas se quedó en el pasado, con el trauma, con la herida de la traición. En vez de mirar hacia el futuro con el Señor, se plantó en el presente y se aferró a lo que había hecho. Pedro niego y traiciona a Jesús, pero Pedro mira hacia adelante, sabe de la gravedad de su gesto, pero no se queda atrás. Pedro se anima a hacer un buen camino de duelo. Judas se creía más que Jesús y en el fondo no se sentía amado por Jesús, porque sólo los que se sienten hijos de Dios, tienen necesidad de pedir perdón.

El diálogo del duelo más rehabilitador

Luego de la Resurrección, Jesús confronta a Pedro haciéndole tres veces la misma pregunta: Pedro ¿me amas? Jesús le estaba diciendo que Dios es más grande que la miseria y el pecado. Pedro necesitaba volver a ver a los ojos al Señor Jesús, necesitaba reconciliarse con Él luego de la negación. Nunca se cierra un gran sufrimiento sin el perdón y la reconciliación. Pedro se deja amar. Todo gran sufrimiento necesita un gran trabajo de duelo de futuro y de esperanza.

No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.