“El abuso puede dejar profundas heridas en la confianza”, reflexionó la psicóloga Carla Gerbino

martes, 23 de febrero de 2021
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23/02/2021 –  En el ciclo “Ya no te llamarán abandonada”, el padre Matías Jurado Traverso junto a la psicóloga Carla Gerbino, referente nacional del programa de sanación Raquel en Grávida, abordaron el tema de los traumas previos al aborto, que generalmente parten de algún abuso. El padre Jurado sostuvo: “En los retiros que hacemos junto al Viñedo de Raquel, unas de las cosas que notaron los organizadores es que muchas mujeres que abortaron antes habían pasado por algún tipo de abuso en su infancia o adolescencia”. Y Gerbino agregó: “Antes del aborto hay heridas que suelen ser  abusos, no solo sexuales, sino también psicológicos, físicos, verbales, emocionales, económicos o de manipulación de conciencia. En el caso de los psicológicos, son más sutiles y difíciles de detectar. Este tipo de abuso es muy dañino porque erosiona la personalidad de la persona. A veces se manifiesta en falta de cuidado o de protección que lleva a una cadena destructiva. La persona que sufre el abuso no se siente valiosa. Y ante un embarazo es habitual escuchar: “Si a mí no me cuidaron, yo tampoco sabré cuidar al bebé”. Es por eso que estos abusos hacen estragos en la identidad del sujeto”.

El abuso se asocia también con la violencia. A veces no es una violencia evidente, es casi pasiva”, introdujo el padre Matías. “El abuso y la violencia, cuando son de tipo psicológicos, son más imperceptibles. Es una herida que no deja huellas físicas, pero si deja desamparo, desprotección y abandono. La autoestima queda dañada porque estas heridas van al corazón de la persona, con impacto en distintos ámbitos de su vida”, manifestó la especialista. Más adelante, el sacerdote porteño relató: “Los niños son autorreferenciales, tienden a pensar que todo lo que pasa, ocurre por ellos. Es por eso que sienten culpa rápidamente cuando algo malo pasa. Entonces cuando hay abuso o violencia, el niño suele vivir esa situación desde la culpa”. Y añadió Gerbino: “La llamamos la culpa de la omnipotencia. El niño, cuando está sometido a algún tipo de abuso, prefiere sentirse culpable antes que culpar a sus padres, porque necesita de la protección de sus progenitores. Lo hace aún en sus fantasías”.

“Responsabilidad, omisión y culpa son cosas que están presentes en estas situaciones. La culpa moral es sana, pero también hay una culpa tóxica que para nada es saludable. Ante esto, la fe es el mejor antídoto. La persona necesita sanar la autoestima, porque la confianza ha sido herida. Quien ha pasado por un abuso o un aborto ha perdido la confianza en Dios, en si mismo y en los demás. Es importante que la persona abusada relate su abuso, es muy sanador. Es necesario que eso salga, sobre todo cuando hay abuso y aborto posterior. Debe sanar su abuso primero para luego avanzar con la herida del aborto. Esta circunstancia puede darse en mujeres, pero también en varones. Son ellos quienes, muchas veces, deciden que su pareja aborte porque en su historia personal han sido abusados”, dijo la especialista.

“Las llamamos heridas de filiación porque la persona está herida en su ser hijo. Maternar y paternar no es lo mismo que lo biológico, aunque comienza desde allì. Maternar y paternar también tiene una dimensión psicológica y espiritual. Y a esto hay que sumarle lo cultural, que hoy lamentablemente favorece a los abortos”, reflexionó Gerbino. “La cultura afecta pero no determina. Por eso tenemos que ser puentes de comunión y de esperanza para no caer en la violencia. No nos tenemos que dejar atormentar por ninguna ideología ni por ninguna ley”, expresó. “En www.quierosanar.com.ar realizamos un acompañamiento personal y pastoral a quienes han pasado por algún tipo de abuso”, cerró el padre Jurado.