12/07/2021 – Junto al padre Luis Albóniga, Vicario general de la Diócesis de Mar del Plata, continuamos reflexionando en torno a la reconstrucción de nuestras vidas, es decir, aquello que hay que renovar, sanar, transformar hoy.
“Si hablamos de nuestra vida y de nuestros vínculos la reconstrucción sólo puede hacerse desde el amor. Dice San Pablo en la Primera Carta a los Corintios: “La caridad edifica” (1Cor 8,1). Sólo el amor es capaz de edificar: el amor nos edifica como personas, el amor edifica la familia y el hogar, el amor edifica la comunidad, el amor edifica la patria, el amor construye una fraternidad en la humanidad”, comenzó diciendo el padre Luis.
Hoy, reflexionamos también sobre otra imagen del profeta Ezequiel y es la del valle de los huesos secos (Ez 37). Muchas veces los profetas tienen visiones. Las visiones tienen un sentido profundo, permiten expresar por medio de imágenes una realidad que es difícil expresar sólo con palabras o que expresada en palabras no toca nuestra sensibilidad para que podamos interiorizar mejor.
“Cuenta Ezequiel que la mano del Señor lo trasladó a un valle que estaba lleno de huesos. Lo hizo caminar sobre los huesos que estaban completamente secos y eran muy numerosos. Eran huesos humanos. Y, entonces, Dios le dijo ‘¿podrán vivir estos huesos?’ Ezequiel le respondió: ‘Señor tu lo sabes’. Entonces Dios le dijo: “profetiza sobre estos huesos. Les dirás: Huesos secos, escuchen la palabra de Dios. He aquí que yo voy a hacer entrar el espíritu en ustedes y vivirán. Los cubriré de nervios, haré crecer sobre ustedes carne, los cubriré de piel, les infundiré mi espíritu y vivirán; y sabrán que yo soy el Señor.”
“Y cuenta Ezequiel que hubo un estremecimiento y los huesos comentaron a juntarse, se comenzaron a recubrir de nervios, de carne, de piel, pero no había espíritu en ellos…Dios le dijo entonces: “Profetiza al espíritu, profetiza. Dirás al espíritu: así dice el Señor, ven espíritu de los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos para que vivan’. Y dice Ezequiel que el espíritu entró en ellos, revivieron y se incorporaron sobre sus pies: era un enorme ejército”.
“Una imagen tremenda, elocuente, fuerte. Luego Dios le explicó a Ezequiel el significado de esa visión. Y le dijo, Ezequiel, esos huesos son toda la casa de Israel, ellos andan diciendo se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, todo ha acabado para nosotros. Por eso ve y diles: ¡profetiza!”
“El anuncio del poder de Dios, del compromiso que él tiene con toda vida, con cada uno de nosotros. Si sentís que tu vida está como seca, si a través de todo lo que te llega te hacen ver solo huesos secos, si los números que vemos permanentemente en las noticias nos hablan de muerte y enfermedad… el Señor nos hace ver que Él es más fuerte que la enfermedad y la muerte. Que él tiene el poder de recubrir de nervios, de carne y de piel aquello que se ha secado. Que su Espíritu es vida y que es la fuerza que nos renueva, que nos reconstruye, que nos abraza y nos transforma“.
“Es su amor el que nos reconstruye como sucedió en esta visión del profeta Ezequiel.”
El padre Luis Albóniga nos acompaña cada semana con su reflexión
Te invitamos a escuchar el programa completo en el audio al inicio de esta nota
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar | Incrustar
Suscríbete: RSS