Rezar es dejarse amar

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Oracion5

Rezar es ir al encuentro de nuestro Padre, el Dios Amor, como el río va al encuentro de su fuente y la luz al encuentro de su sol.

Rezar es decirle a Dios:

 Fuente, yo espero de ti el agua viva entre mis orillas cotidianas;

sin ti yo sería agua estancada,

que se pudre y muere.

Sol, espero de ti la luz para mi ruta de día;

sin ti yo solamente sería un niño de noche,

perdido,

en un camino sin salida.

Viento, espero de ti la fuerza que hinche mis velas a ti ofrecidas;

sin ti yo no sería sino una barca relegada,

que nunca franquea los espigones del puerto.

Brisa, espero de ti el soplo para emprender mi vuelo;

sin ti yo solamente sería un pájaro manchado,

que se arrastra en el lodo.

… y de ti, el artista, espero que hagas brotar, de mi madera

y mis cuerdas, una misteriosa vida,

porque sin ti yo no sería más que un instrumento inútil,

acostado, inmóvil y mudo, en el estuche de mis días.

… Pero vengo a tu encuentro.

Estoy aquí, oh artista inefable,

y como un violín acurrucado entre tus brazos amorosos,

recogido y libre bajo tus dedos que me buscan,

me ofrezco para desposarte en un abrazo de amor,

y nuestro hijo será música, para que cante el mundo.

* * *

Sí, hijo mío, rezar

es levantarse y dirigirse al encuentro de Dios que viene a nuestro encuentro,

es reconocer que él es nuestra vida y que él es nuestro amor,

es recogerse enteramente y enteramente ofrecerse

para dejarse amar, antes que querer amar.

 

Michel Quoist, en “Háblame de amor”

Orar es pensar en Dios amando