Simbolismo de la serpiente en diversas culturas

martes, 6 de diciembre de 2011
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Este reptil presenta una simbología ambigua. Por su veneno y su poder letal, se la asocia con la muerte. Pero su condición de mudar de piel, en una especie de “renacimiento” la relaciona también con la vida.

En varias civilizaciones, tanto de Medio Oriente como de América, el misterio de este reptil radica en su capacidad de vivir en diversos ambientes: puede moverse en el agua, se arrastra por la tierra y se suspende en el aire en las ramas de los árboles. De allí que está asociada con la sabiduría y con astucia.

 

En el mito sumerio de Guilgamesh, cuando este héroe consigue finalmente el árbol de la vida, este le es arrebatado por una serpiente que sale del fondo de un lago.

En Canaán la serpiente está asociada a las fuerzas subterráneas a las cuales los cananeos rendían culto. En los templos cananeos de Gezer, Megiddo y Jebus se encontraron imágenes de serpientes de bronce, símbolos de fertilidad.

 En Egipto se destaca el Uraeus egipcio, la cobra que representa al fuego y se luce sobre las coronas divinas y reales. También en Grecia, una serpiente se exhibe en el casco del dios  Mercurio, y Esculapio (Asclepio), dios de la medicina, aparece con un báculo envuelto por serpientes. En el santuario de Esculapio en Epidauro existía un serpentario.

 

En Teotihuacan (valle de México) el culto a la Serpiente Emplumada es muy relevante. Aparece en numerosas representaciones en la cerámica, la pintura y la escultura de la ciudad. Uno de los edificios más importantes en el yacimiento arqueológico es el Templo de Quetzalcóatl. En esta y otras civilizaciones americanas, la serpiente emplumada era una deidad agrícola y además era la figura mítica en la que radicaba la legitimidad de los linajes reinantes en numerosos señoríos.

 

En la Biblia:

 

a) Moisés y la serpiente

Estos textos se leen en la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, 14 de septiembre

 

4 Los israelitas partieron del monte Hor por el camino del Mar Rojo, para bordear el territorio de Edóm. Pero en el camino, el pueblo perdió la paciencia 5 y comenzó a hablar contra Dios y contra Moisés: “¿Por qué nos hicieron salir de Egipto para hacernos morir en el desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua, y ya estamos hartos de esta comida miserable!”. 6Entonces el Señor envió contra el pueblo unas serpientes abrasadoras, que mordieron a la gente, y así murieron muchos israelitas. 7 El pueblo acudió a Moisés y le dijo: “Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti. Intercede delante del Señor, para que aleje de nosotros esas serpientes”. Moisés intercedió por el pueblo, 8y el Señor le dijo: “Fabrica una serpiente abrasadora y colócala sobre un asta. Y todo el que haya sido mordido, al mirarla, quedará curado”. 9 Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta. Y cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba hacia la serpiente de bronce y quedaba curado.

(Num 21,4-9)

 

5 Incluso cuando se desencadenó sobre tu pueblo

el furor terrible de animales feroces,

y ellos perecían por la mordedura de serpientes huidizas,

tu ira no duró hasta el extremo.

6 A manera de advertencia, fueron atribulados por poco tiempo,

teniendo ya una prenda de salvación

para que recordaran el mandamiento de tu Ley;

7 en efecto, aquel que se volvía hacia ella era salvado,

no por lo que contemplaba, sino por ti, el Salvador de todos. (Sabiduría 16,5-7)

 

 

“¿Podía la serpiente matar o dejar con vida? Mas bien está puesta para enseñarnos que cuando los israelitas dirigían sus pensamientos hacia lo alto y conservaban sus corazones en fidelidad hacia su Padre que está en los cielos, eran salvados; de otro modo, perecían.” (Mishná R.H., 3,8. La Mishná es una recopilación de textos que refleja la elaboración de la Ley judía desde fines del S. I. d.C. hasta fines del S. II d.C.)

 

14 De la misma manera que Moisés

levantó en alto la serpiente en el desierto,

también es necesario

que el Hijo del hombre sea levantado en alto,

15 para que todos los que creen en él

tengan Vida eterna. (Jn 3,14-15)

 

b) La serpiente en el Génesis

 

 

“El hombre recibe un precepto determinante: “De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio” (Gén 2,16-17). A partir de entonces, el drama puede comenzar en cualquier momento. El narrador no da ninguna explicación sobre la existencia y el origen del mal en sí mismo: lo constata como un heho. Dios coloca al hombre en el jardín, pero la serpiente está allí también (3,1) resumiendo en sí toda la simbólica del mal. La serpiente no es un dios del mal al lado del Dios del bien; es también una criatura. En Gén 3, la serpiente simboliza al mal con el que ha de enfrentarse el hombre. En la serpiente se “personifica” una potencia mala, “astuta”, enemiga del hombre y, a través de él, hostil al plan de Dios.” (Pierre Grelot, Hombre quién eres, Cuaderno Bíblico nro. 5, Ed. Verbo Divino)

 

En la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, 8 de diciembre, se leen los siguientes textos:

 

Génesis 3,9-15.20   S.R. 97,1-4 Ef 1,3-6.11-12 Lc 1,26-38

 

Pondré enemistad entre ti y la mujer,

entre tu linaje y el suyo.

Él te aplastará la cabeza

y tú le acecharás el talón. (Gén 3,15)

 

La serpiente no podrá triunfar sobre la humanidad, la serpiente no tendrá la última palabra. Será vencida por la descendencia de la mujer. En esta mujer, madre de la humanidad, se ve también una imagen de la Virgen María, que estuvo libre de pecado, porque la serpiente no tuvo poder sobre ella.

Es por eso que las representaciones de la Inmaculada Concepción muestran a la Virgen María pisando la serpiente.

 

c) La serpiente en el Apocalipsis

 

1 Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza. 2 Estaba embarazada y gritaba de dolor porque iba a dar a luz.

3 Y apareció en el cielo otro signo: un enorme Dragón rojo como el fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y en cada cabeza tenía una diadema. 4 Su cola arrastraba una tercera parte de las estrellas del cielo, y las precipitó sobre la tierra.

El Dragón se puso delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo en cuanto naciera. 5 La Mujer tuvo un hijo varón que debía regir a todas las naciones con un cetro de hierro. Pero el hijo fue elevado hasta Dios y hasta su trono, 6 y la Mujer huyó al desierto, donde Dios le había preparado un refugio para que allí fuera alimentada durante mil doscientos sesenta días.

7 Entonces se libró una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron contra el Dragón, y este contraatacó con sus ángeles, 8 pero fueron vencidos y expulsados del cielo. 9 Y así fue precipitado el enorme Dragón, la antigua Serpiente, llamada Diablo o Satanás, y el seductor del mundo entero fue arrojado sobre la tierra con todos sus ángeles.

10 Y escuché una voz potente que resonó en el cielo:

“Ya llegó la salvación,

el poder y el Reino de nuestro Dios”. (Apocalipsis 12,1-10)