Síndrome de Burn out

miércoles, 17 de diciembre de 2008
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Cuando nos sentimos acabados, faltos de fuerzas ¿como volvemos a encontrar la fuente de nuestra vida interior? Cuando sentimos que la batería está descargada y no arranca, nos asustamos ¿no? se nos viene el mundo abajo. ¿Quién no ha pasado por esta experiencia? Hoy tiene un nuevo nombre, se llama  Síndrome de BURN OUT, nos sentimos sin vida dentro de nosotros, nos sentimos viejos, esto no les ocurre a las personas agotadas después de toda una vida, ocurre a personas jóvenes, personas que están en tareas de gran responsabilidad o sometidas a alta presión por el rendimiento y están amenazadas por esto.
Cuando le consultaron a un  entrenador de fútbol – en una situación de elevada presión y de mucha expectativa pública si deseaba entrenar al equipo nacional alemán, el rechazó la oferta diciendo que estaba con la batería descargada. Un gerente opinó que se sentía quemado como un proyectil y como se sabe un proyectil quemado no sirve para nada. Los autos pueden reabastecerse de combustible, cuando la nafta se termina uno vuelve al surtidor y se recarga, la batería también puede recargarse, pero nosotros no. Nosotros no somos máquinas, no nos recargamos en ningún surtidor a cambio de dinero, ni nadie nos puede decir en 3 horas vas a tener la batería lista, entonces, ¿dónde está nuestra fuente de energía? Ahí es donde tenemos que ir de nuevo a la Biblia porque esta circunstancia ha sido vivida innumerables veces y en otras  ocasiones podríamos hacer el esfuerzo de imaginarlas, cuando el pueblo le dice a Moisés: A dónde nos trajiste?, lindo esto de ser libre pero no tenemos ni qué comer!! Extenuados, volvamos a los ajos y las cebollas de Egipto. Cuando están muertos de sed y llegan a un lugar donde hay agua pero el agua es amarga y no la pueden tomar, que imagen tan elocuente para traerla a nuestra vida de hoy. Cuantas veces realmente necesitamos eso que se llama Amor, porque el Amor es fuente de energía y nuestra fuente es una fuente de agua amarga que ha perdido su fuerza renovadora o que es tóxica. Cuántos hogares se convierten en fuentes de aguas amargas, son aguas, sí, pero nos envenenan. Cuantos hombres y mujeres necesitamos alimento y no encontramos nada. Cuando necesitamos tomar contacto con una fuerza interior, en la Biblia aparece la presencia del Espíritu Santo. Pablo dice, el fruto del espíritu es el amor, la alegría, la paz, la paciencia, para él el Espíritu Santo es la fuente a partir de la cual se hace visible sus frutos en el hombre, le dan sostén. Es lo que él necesita para que su vida sea válida, porque no se trata de nutrirse con una fuente para seguir resistiendo sino, como dice Jesús, Vengan a mí los que estén afligidos y agobiados porque de su seno brotarán manantiales de Agua Viva, la imagen es de la abundancia, no solo de la sobre vivencia, entonces San Pablo nos está remitiendo a esta fuente interior a partir de la cual nuestra vida florece, esta fuente de energía, esta fuente de gracia hace que nuestra vida cotidiana resulte en amor, en bondad, en confianza, en gentileza, en dominio de sí, en afabilidad y en paciencia. Decía hace un rato que hemos conquistado muchas libertades pero el nombre de este siglo es liberación, no libertad, liberación implica protagonismo, implica la actitud del oprimido que debe conquistar la libertad y creo que es una palabra clave para nuestros tiempos. Ya se han dejado atrás manifestaciones mágicas de la energía, aunque hoy muchos están queriendo volver a tal, están tan quemados, tan fusilados, tan agotados que siente que si no hay algo mágico que venga a sacarlos no va a ocurrir nada. Vuelvo a decir, no hay nada m