Argentina y Estados Unidos: expectativas y preguntas sobre el acuerdo bilateral

viernes, 14 de noviembre de 2025

14/11/2025 – El vínculo entre Argentina y Estados Unidos se ha profundizado más allá de la simpatía inicial, consolidándose con acciones concretas que incluyen tanto el apoyo financiero como un nuevo marco de acuerdo de cooperación. Este proceso, que el analista César Murúa define como un «capítulo más de una relación que Argentina viene consolidando en distintos aspectos», se ha acelerado tras el respaldo político y financiero que EE. UU. brindó al gobierno argentino previo a las elecciones. Dicho apoyo, si bien significativo, está revelando progresivamente sus implicancias en términos de interés geopolítico y comercial para la potencia del norte.

El reciente anuncio de cooperación es un «marco para un acuerdo», lo que significa que es un borrador de los temas sobre los que existe un entendimiento mutuo y que deben formalizarse mediante un tratado. Murúa aclara que «Esto es previo al acuerdo que firman formalmente los países y en los que quedan claramente establecidos los términos de la cooperación entre ambos». El listado de anuncios incluye temas de diversa naturaleza, abarcando desde cuestiones estrictamente comerciales y técnicas, como la propiedad intelectual, hasta aspectos aduaneros y regulatorios.

En el detalle de las intenciones de cooperación, se evidencian beneficios claros para las empresas estadounidenses. La comunicación oficial, aunque conjunta, subraya las ventajas para EE. UU. César Murúa señala que «lo que queda claro de la comunicación estadounidense es que las principales facilidades van a estar para productos estadounidenses ingresando a la Argentina». Estas facilidades podrían ser la eliminación de la tasa estadística para productos de EE. UU. y la aceptación de certificaciones estadounidenses en sectores como el automotriz y el farmacéutico, evitando así dobles trámites.

La potencial apertura a productos extranjeros, si bien implica un mejor relacionamiento con la principal economía del mundo, genera interrogantes sobre sus efectos en la industria nacional. Murúa plantea la preocupación: «¿En qué términos van a ingresar? ¿Qué tipo de ventajas o no van a tener los productores estadounidenses ingresando al mercado argentino?». Menciona específicamente el caso de la industria avícola y cárnica, y el riesgo de que una apertura desregulada, sumada a los subsidios que reciben los productores en otros países, afecte a las economías regionales argentinas.

El analista advierte sobre el riesgo de que la política exterior se vea demasiado influenciada por las afinidades políticas coyunturales y no por una estrategia de largo plazo. Subraya que Argentina debería tener estrategias «más inteligentes y de largo plazo, menos atravesadas por el sentido de la oportunidad». La relación actual está tan estrechamente ligada a la sintonía entre los líderes, que la vinculación podría verse afectada por los vaivenes de la política doméstica estadounidense, como un cambio de administración o la debilidad del gobierno actual.

Para que este marco de acuerdo se traduzca en cuestiones estructurales y de largo plazo, será necesaria la participación activa del Congreso de la Nación. Murúa destaca que los acuerdos comerciales concretos y los cambios regulatorios implicarán el involucramiento del poder legislativo. El desafío, por lo tanto, es darle a estas decisiones «esa visión no atada al sentido de la oportunidad o de la urgencia del momento», asegurando que los términos del acuerdo beneficien de manera tangible a la economía argentina, y no solo a la coyuntura política.

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