«Hermosamente roto»: un testimonio de fe en el genocidio de Ruanda

martes, 25 de noviembre de 2025

25/11/2025 – El cine se erige como una herramienta para reflexionar sobre los momentos más duros de la historia humana. En este contexto, Francisco Alday nos compartió una película que aborda el Genocidio Ruandés de 1994, destacando cómo la fe y la esperanza pueden ser pilares ante el dolor y la tragedia.

La película, catalogada como un drama, se inspira en hechos reales, tejiendo las historias de tres familias de distintos orígenes, a quienes las circunstancias de la guerra unieron. Alday subraya la fuerza del relato: «Es una película muy fuerte, está basado justamente en historias reales de tres familias de diferentes orígenes y a las que las une justamente la fe, la esperanza y la posibilidad de esa redención».

El film no se enfoca solo en la crudeza de la guerra, sino en cómo los protagonistas encuentran un camino a pesar de las adversidades. El crítico de cine comentó sobre la capacidad de vincularse con la experiencia de los personajes: «Siempre nosotros nos podemos vincular a través de esta experiencia de tener la esperanza, la fe y la confianza de que a través de Dios podemos redimirnos y llegar a estar mejor». Esta visión ofrece una perspectiva de consuelo ante situaciones extremas.

La reconstrucción de un evento tan sensible implicó un trabajo de investigación detallado. Según Alday, el objetivo no era solo contar una ficción, sino ser fieles a la verdad detrás de las historias: «La búsqueda no es solo quedarse en la parte de afuera, sino tratar de investigar para descubrir cuál es la realidad detrás y poder ser lo más fiel posible, ¿no?». Esto permite que la experiencia de los espectadores sea más profunda, entendiendo que «estas personas fueron reales y a la vez Dios curó y Dios pasó por el corazón de estas personas y también puede pasar por el nuestro».

Al ser consultado sobre qué valores pueden rescatarse de un relato con tanto dolor, Alday respondió con una invitación a la reflexión: «Lo que nos podemos quedar es con esta mirada trascendente de los lugares difíciles, de los lugares de dolor, de pena para poder pensar en la esperanza, en la fe, en la redención». Esta perspectiva busca transformar el dolor en una oportunidad de crecimiento espiritual.

La obra ha sido reconocida por su mensaje inspirador, un hecho que pone de manifiesto la relevancia de su contenido. La película recibió un premio en la categoría «mejor película inspiradora» en el Festival de Cine Cristiano en 2018. El especialista afirma: «Si se ha recibido este premio debe ser realmente que los pone muy de manifiesto y que vale la pena encontrarse con las imágenes, con el mensaje y con todo el film seguramente».

Finalmente, Francisco Alday recalcó la necesidad de apoyar este tipo de producciones con valores, a menudo realizadas por productoras más pequeñas: «Siempre decimos que hay que apoyar este cine porque es un esfuerzo que no es igual para una gran productora». El esfuerzo se centra en «dejar un buen mensaje» y hacer crecer la «industria de cine con valores».

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