Una vida con sentido: jóvenes argentinos exigen protagonismo y escucha

martes, 25 de noviembre de 2025

25/11/2025 – Un encuentro nacional de estudiantes y docentes de escuelas católicas ha culminado en la elaboración de una proclama que sintetiza las inquietudes y deseos de las nuevas generaciones. Treinta y siete diócesis de todo el país, representando la geografía argentina desde Río Gallegos y Calafate hasta Jujuy, enviaron a sus jóvenes delegados, quienes participaron en un proceso que incluyó etapas institucionales y diocesanas previas. Este encuentro es el «fruto de un trabajo… de la escucha a las nuevas generaciones», señaló Adrián Álvarez.

El proceso, articulado bajo los lemas «Con alas y raíces», «Con alas y raíces en tierra fecunda» y finalmente «Con alas y raíces en tierra fecunda bajo un mismo cielo» (inspirado en la idea de las constelaciones del Papa), reunió a chicos de entre 15 y 16 años. Álvarez destacó la movilización y renovación que aportan los jóvenes, quienes «tienen mucho para decir, tienen mucho para ser escuchados y la verdad es que también nos renuevan». La etapa nacional se desarrolló en Buenos Aires, con dinámicas en distintos puntos como la Universidad Católica y un centro tecnológico educativo, buscando abordar las inquietudes de los estudiantes a través de la reflexión y la expresión artística.

Durante su estadía, los jóvenes no solo trabajaron en la revisión de sus reflexiones previas, sino que también dialogaron con el secretario de Educación de la Nación, lo que demuestra su interés en la política educativa. Una de las actividades más simbólicas fue la peregrinación a la Plaza de Mayo, donde realizaron un «gesto hermoso de compromiso por la paz»: abonaron el Olivo de la Paz con tierra que habían traído de sus respectivas diócesis. El encuentro cerró con la celebración de la Misa en la Catedral Metropolitana, un momento de comunión para los participantes.

La proclama final, «Con alas y raíces tierra fecunda bajo un cielo estrellado», es la voz de los estudiantes y el reflejo de sus prioridades. Adrián Álvarez subraya puntos clave del documento: el valor de la escucha, el deseo de protagonismo de los jóvenes, y la necesidad de no «naturalizar» las desigualdades. «Los chicos nos están pidiendo que los acompañemos, pero no que los acompañemos diciéndoles lo que tienen que hacer, sino que los acompañemos en este proceso de ser ellos los propios protagonistas», enfatizó.

La preocupación por el futuro y la necesidad de una vida con sentido resuena en sus pedidos. Los jóvenes expresaron su deseo de una «escuela viva, humana, cercana» y que esta los acompañe en la construcción de su porvenir. Álvarez conectó esta demanda con la reflexión sobre la salud mental de la juventud, señalando que «la salud mental de nuestros chicos no está bien» y que trabajar la vida interior es fundamental para que encuentren sentido a la vida y evitar «tantas cosas tremendas que nos pasan como sociedad».

El proceso no se detiene con la proclama. La idea es que este sea solo el fin de una primera etapa. «Ahora tenemos que volver a las diócesis y poner en juego esto para que, bueno, para que tenga realmente resultados», indicó Álvarez, anunciando la propuesta de trabajar en las escuelas en 2026 sobre «una vida con sentido» e institucionalizar espacios de diálogo, como un foro anual y una semana de escucha dedicados a los jóvenes. El desafío de los adultos es «pasar de la escucha al diálogo» para dar respuesta a esta voz que pide ser tenida en cuenta.

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