10/04/2015 – Es muy probable que al levantarte de la cama, hayas intentado pisar con el pie derecho, que mientras caminabas al trabajo hayas tenido la precaución de no pasar por debajo de ninguna escalera o que tengas en la puerta de tu casa una ristra de ajo para evitar la mala suerte. ¡Ni hablar de la posibilidad de casarse o viajar un martes 13! Incluso hay personas o colores que son tildados de mufas (que traen mala suerte) y ni siquiera pueden ser nombradas en algunos ámbitos.
En el Programa “Entre Nosotros”, el P. Gustavo Jamut, sacerdote de la Congregación Oblatos de la Virgen María y asesor arquidiocesano de la Renovación Carismática Católica de Buenos Aires, habló de las supersticiones. En primer lugar hizo referencia a la enseñanza de la Iglesia que plantea que el ser humano fue creado por Dios como una criatura espiritual, que busca la trascendencia y como consecuencia, busca a Dios. Para satisfacer esa necesidad espiritual a veces no vamos por el camino correcto, tendemos a creer en ritos supersticiosos. “Creer o tener estas costumbres restan lugar a la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas, no nos deja confiar plenamente en Dios”, manifiestó Padre Gustavo.
En diálogo con Radio María, el sacerdote dijo que estás supersticiones generalmente vienen de costumbres familiares, e invitó a lograr una buena conversión, y saber discernir que a veces esas costumbre que nuestros padres o abuelos nos trasmitieron nos alejan de Dios y no nos traen paz.
Estas creencias populares o costumbres generacionales, es posible que las tengamos actualmente o estén por medio de algún familiar cercano. “Para poder revertir esto es necesario volver a mirar a Dios y entregarse completamente a Él. Con esa confianza de saber que tenemos un Padre que nos ama, más la oración y comunión frecuente nos sentiremos con la paz espiritual que necesitamos para no necesitar y dejar de ser supersticiosos” indicó.
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