02/07/2013 – El 2 de abril por la madrugada, la ciudad de La Plata no resistió el temporal que la azotó. Se perdieron vidas humanas y junto con el agua también se fue la seguridad sencilla y cotidiana de vivir el día a día en la familia, el trabajo, la escuela, la capilla, el barrio… las rutinas de la vida quedaron arrazadas por el temporal. La respuesta de la Iglesia, junto a muchas otras instituciones y organismos estatales, se hizo presente desde todas partes del país y también más allá de sus fronteras.
Un comité eclesial de emergencia puso en marcha distintas acciones para socorrer a los damnificados: en una primera fase se atendió las necesidades inmediatas de alimentación, ropa, colchones, frazadas y lugares donde permanecer mientras se recuperaban las casas. La segunda fase se está desarrollando y consiste en la compra de muebles, electrodomésticos y herramientas de trabajo para aquellos que lo perdieron todo.
A 90 días de la tragedia, comienza la tercera fase: atender, y por decirlo de alguna manera, atacar la miseria estructural, hacerse cargo de lo que la inundación hizo visible de una Gran La Plata conformada por asentamientos precarios, invisibilizados por casi todos. Esta tercera etapa incluye la capacitación para el trabajo y la creación de algunas guarderías en las capillas de frontera de la ciudad capital de la Provincia de Buenos Aires.
En Semillas del Reino dialogamos con el Padre Andrés Rambeauid, Director de Cáritas La Plata quien nos actualiza el proceso de acompañamiento, solidaridad y evangelización de estos hermanos damnificados. La tragedia se presenta como oportunidad para seguir saliendo de nosotros mismos, buscando caminar con Jesús que vive en los más necesitados.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar | Incrustar
Suscríbete: RSS