Tres historias distintas de amistad: San Martín y Tomás Guido, Domingo Sarmiento y Bartolomé Mitre, Juan Perón y Ricardo Balbín

lunes, 21 de julio de 2025

21/07/2025 – La amistad, entendida como un vínculo social y emocional, no solo pertenece a las vidas cotidianas, sino que también ha marcado la historia de figuras influyentes de nuestra patria. Nicolás Moretti, docente e investigador, Doctor en Historia por la UNC y becario postdoctoral del CONICET, nos acompañó en este recorrido para conocer tres historias de amistad que tuvieron lugar en distintos contextos: durante el siglo XIX y siglo XX.

La historiografía moderna, al interesarse por los vínculos y ámbitos de sociabilidad, busca responder preguntas sobre dónde y cómo nacen estas relaciones, ya sea en espacios formales como clubes o partidos políticos, o en ambientes informales como bares y cafés. Más allá de la anécdota, la amistad involucra afectos y emociones que trascienden el ámbito personal para influir en lo político y lo público, permitiendo comprender las complejidades humanas detrás de los grandes procesos históricos, explicó Nicolás para introducir los tres relatos.

Una amistad que se sostuvo toda la vida

La amistad entre José de San Martín y Tomás Guido fue profunda y trascendió las gestas militares para convertirse en un vínculo de confianza y confidencia. Guido, hijo de comerciantes españoles, conoció a San Martín en Córdoba, cuando el libertador se encontraba en Saldán, convaleciente de una enfermedad. Desde entonces, se convirtió en su hombre de confianza, al punto de ser el encargado de presentar ante el Directorio el plan de la campaña libertadora, proyecto que San Martín había terminado de delinear durante su estadía en Córdoba. La relación entre ambos continuó de manera epistolar aun cuando San Martín se exilió en Europa, y gracias a esas cartas se conocen aspectos íntimos del pensamiento del libertador. Guido, quien sobrevivió 16 años a San Martín, descansa en el mismo mausoleo de la Catedral de Buenos Aires, un símbolo de la unión que los acompañó en vida.

Una amistad que terminó en desencuentro

La amistad entre Domingo Faustino Sarmiento y Bartolomé Mitre surgió durante el exilio en Montevideo, donde ambos, perseguidos por la Confederación Rosista, encontraron refugio y una causa común. Unidos por ideales unitarios, su vínculo también involucró a las familias, lo que refleja el grado de cercanía que lograron. Sin embargo, las tensiones políticas comenzaron a distanciarlos, sobre todo a partir de la Guerra del Paraguay y, más tarde, con la sucesión presidencial. Sarmiento no fue el candidato elegido por Mitre, y ya como presidente en 1868, sufrió fuertes críticas desde La Nación, diario fundado por su antiguo amigo.

Una amistad que superó la rivalidad

El vínculo entre Juan Domingo Perón y Ricardo Balbín comenzó como una intensa rivalidad política, pero con los años se transformó en una relación de respeto mutuo que Balbín llegó a llamar “amistad”. Durante los primeros gobiernos peronistas, Balbín fue un férreo opositor, incluso estuvo encarcelado. Sin embargo, el retorno de Perón en los años 70 propició un acercamiento; Balbín se convirtió en interlocutor clave del líder justicialista, quien incluso aconsejaba a Isabel Perón consultarlo antes de tomar decisiones. El punto culminante de esta relación fue el discurso de Balbín en el funeral de Perón en 1974, cuando pronunció la célebre frase: “Este adversario despide a un amigo”. Ese gesto selló para la historia una amistad que nació en el ocaso de sus vidas, pero que adquirió un fuerte valor simbólico para la política argentina.

Para escuchar el desarrollo completo de la noticia accede al video del inicio