Un amor de gratuidad e inclusivo brindamos desde Hombre Nuevo

martes, 30 de junio de 2009
image_pdfimage_print
Ustedes han oído que se dijo:  "Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”.  Pero yo les digo:  “Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.  Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen?.  ¿No hacen lo mismo los publicanos?.  Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario?.  ¿No hacen lo mismo los paganos?.  Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.

Mateo 5,43-48

Amar a todos, hasta que duela
Se trata de la búsqueda del camino de la perfección, del hacernos uno con Cristo, lo cual sólo es posible por el camino de la caridad, del amor que siempre es inclusivo. Tan inclusivo, que suma también a los adversarios, a los enemigos, a los que no resultan agradables, a los que nos parecen totalmente extraños de nosotros, incluso a los que son de cierto modo también agresivos o están enemistados con nosotros. También ellos merecen nuestros gestos de amor, no porque nos salga de suyo ni porque esté en nuestra naturaleza la posibilidad de responder en ese sentido, sino porque esto nos asemeja a Dios. Así es el Padre, que hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.

Éste es el espacio que compartimos en Hombre Nuevo, un amor que sea inclusivo, que sea capaz de acercarnos más a Dios. Y en este sentido los voluntarios y las personas a las que servimos y quienes participan de nuestra asociación, tienen la posibilidad de respirar este ambiente de amor que transforma. A ese lugar te invitamos a participar, con la característica de vivir el Evangelio y de vivir el amor que Jesús nos regala.

Yo particularmente quiero hoy detener mi mirada y mi sentir en torno a alguien que nos ha dejado escrito el Evangelio de amor con su vida: Madre Teresa de Calcuta.

Madre Teresa nos ha dejado un legado muy grande en este sentido y ella es para nosotros una inspiración muy profunda. Es como una fuerza inspiradora, como un legado, una herencia del Evangelio de Jesús que ella nos ha dejado. Por eso quería detenerme en torno al Evangelio compartido hoy… Hay rasgos que nos tocan muy de cerca. Madre Teresa ha sido realmente el rostro de Cristo para la humanidad, el significado del amor, la presencia de esta hermana que se hizo una con los hermanos de la India y desde aquel lugar de pobreza tocó todos nuestros corazones, empobrecidos también bajo distintos aspectos y nos sentimos abrazados por su amor.

Así también en nuestra Obra en este tiempo queremos ser rostro de madre y de padre para quienes se sienten excluidos de la sociedad y al mismo tiempo un lugar donde ver reflejado ese mismo rostro de Dios en nuestro corazón cuando asumimos el compromiso del amor y del servicio.

El Evangelio del amor de Madre Teresa nos inspira y nos mueve para ir mucho más allá en nuestro seguimiento de Jesús. Ella decía: amen a las cosas y a la naturaleza como el más exquisito de los poetas nos habla del sol, de la lluvia, de los lirios del campo, de las aves del cielo, que no siembran ni cosechan y sin embargo el Padre del cielo los alimenta amorosamente. Jesús ama y conoce el quehacer y las actividades de los hombres, sabe cómo el sembrador esparce la semilla en el campo, cómo el ama de casa amasa el pan, cómo el carpintero trabaja la madera.

Vos te levantás cada mañana para tu trabajo y Él está allí con su amor sosteniéndote. Hay que reanudarse en ese amor para que ese amor crezca y en ese mismo amor poder seguir pensando en un mundo distinto. Jesús, que ama profundamente, ama sobre todo a los pecadores, a los enfermos, a los pobres, a los marginados, a los excluidos, a los que nuestra asociación encarna y sale a su encuentro, muy sencillamente, en una población por ahora un tanto reducida, pero con el sueño de abrazar al final del proceso, en políticas públicas, a todos los que trabajan en este sentido, para que en nuestra República el tratamiento de los excluidos, de los que están en la calle tome un sentido nuevo y distinto, verdaderamente transformante. Vos dirás es un sueño un tanto loco… Bueno, de locuras ya conocemos. Si no, ¡qué pensar de nuestra Obra?, extendida por todo el país, con más de 102 emisoras ¡una locura!, sostenida sólo por la audiencia. ¿Por qué no pensar también que esta locura es posible? De este tipo de locura de amor se trata lo que queremos hacer. Y te queremos sumar a vos, para que sientas cuánta cordura, cuánto quicio, cuánto sentido, cuánto valor hay y que importante es vincularnos a este tipo de desvaríos aparentes.

Hasta la locura queremos amar. Amando hasta que nos duela queremos llevar adelante este servicio de ser familia, en Hombre Nuevo, en el corazón mismo de Radio María y desde este lugar entender que sólo por el amor se puede escribir el Evangelio con letras grandes en lo más profundo de la sociedad. Mucho más allá de cualquier ideología, también por encima de cualquier credo.

Queremos que la experiencia de amor con la que Dios bendice esta Obra llegue a todo los que se acercan, que se sienta el amor de Jesús en lo más profundo del ser y así descubrir que el amor de Dios siempre puede más y que podemos amar mucho más allá de lo que nos imaginamos, que podemos regalar amor, como dice Madre Teresa. Ésta es la certeza que llevamos en el corazón los que hacemos Hombre Nuevo. Nosotros regalamos amor. Hemos recibido en gratuidad el amor que Dios nos tiene y nos sentimos profundamente involucrados en él y a ese amor también queremos ofrecerlo, como un regalo.

Gratis recibimos y gratis queremos dar.

Hay muchas cosas que se compran con dinero, pero hay otras que no tienen precio, y no podemos adquirirlas con todo el oro del mundo.

Con dinero podemos comprar la Biblia, pero no podemos comprar la fe.

Con dinero se puede comprar el mundo, la voluntad de las personas, pero a un amigo no se lo puede comprar.

Con dinero podemos comprar armas y bombas, pero no se compra la paz con dinero.

Con dinero se puede comprar un crucifijo, pero no podemos comprar al Salvador. El Salvador no se vende, se ofrece, se nos da.

Con dinero podemos comprar diversión, pero la felicidad no se vende.

Con dinero se puede comprar medicina, pero la salud no se compra.

Con dinero podemos comprar una casa, pero un hogar no es un montón de ladrillos, es el calor, el afecto, el cariño entre las personas que viven bajo un mismo techo.

Con dinero se pueden comprar adornos, pero la belleza es otra cosa, que no se compra ni se vende, es un don del cielo.

Con dinero podemos comprar libros, pero la sabiduría viene por otro camino.

Con dinero se puede comprar una cama, pero los sueños… los sueños nacen desde otro lugar.

Con dinero podemos comprar placer, pero el humor es mucho más que el placer.

¿Te das cuenta que hay cosas que no tienen precio, que vienen como regaladas y dadas y que en la gratuidad hay una parte importante de lo que tenemos para transformar en la sociedad?

En una sociedad mercantil como la nuestra, donde todo se compra y se vende, parece que la lógica de la gratuidad no tiene lugar. Nosotros creemos que sí, y éste es uno de los grandes valores que queremos poner en el corazón mismo de la sociedad, en nuestro quehacer. Es el servicio propio del voluntariado. El voluntariado da de su tiempo, de su saber, de su conocimiento. Y en ese darse y dar lo que da, junto con lo que ofrece está transmitiendo un mensaje a la sociedad: es posible prestar servicio sin recibir nada a cambio y cuánto más se recibe a cambio de lo que se da con gratuidad. Mucho más que cualquier paga que uno pueda recibir.

Es posible colaborar con una obra como Hombre Nuevo en la que uno da y no recibe nada a cambio, sólo el gozo de poder estar compartiendo lo que uno tiene, aún desde la pobreza, con algunos hermanos que tienen menos; es más, que en su poco tener casi no pueden ser, en esta lógica en la que sólo es el que tiene y comienzan a ser, desde otro lugar, distinto donde se los pone de pie por el don maravilloso de descubrir que en el amor se es, verdaderamente se es.

Regalamos amor sencillamente porque entendemos que hay cosas que no se compran con dinero.