“Señor, son tantos los que sufren en el mundo de hoy y tan pocos los que saben olvidar su dolor.
Yo quiero ser luz que refleje tu lámpara y levadura buena que te esponje las almas. Te doy gracias Señor porque has resucitado y mataste en mi alma la angustia del pecado.
Si me pides la vida, quiero darla contento, si no quieres que muera, quiero vivir sonriendo.
Quiero reír, Quiero soñar, Quiero darles a todos La alegría de amar.”
San Alberto Hurtado