19/03/2019 – Compartimos un hermoso texto del sacerdote jesuita Marcos Alemán, titulado “Un corazón, mi corazón”:
Dejar que mi corazón hable.
Dejar que mi corazón grite y calle.
Dejar que mi corazón llore.
Dejar que mi corazón ame.
Dejar que mi corazón sea amado.
Dejar que mi corazón ilumine aquella profundidad.
Dejar que mi corazón abrace contradicciones
dando más consistencia a mi vida.
Dejar que mi corazón me abra los ojos
para volver a verme y dejar que me vean.
Un corazón que lucha por no opacarse ni aislarse.
Un corazón transparente y atravesado.
Latidos que van, latidos que vienen.
Reflejo de vida para la vida.
Nueva sangre para aquellas heridas.
Descanso del guerrero, femenina sonrisa.
Nueva unidad, nueva entrega.
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