Un fiel compañero

martes, 21 de julio de 2020
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21/07/2020- Doña Jovita nos visitó como siempre con su alegría y, en el día del amigo, quiso homenajear a todos aquellos que valoran (y añoran) el gesto pequeño del encuentro y la amistad, como es un mate compartido.

En ese sentido, nuestra querida abuela, nos trajo unas coplas compuestas por su amiga “la Iguana” que recrea, al modo serrano,  el momento de la Creación. Van unos fragmentos:

“Por los senderos del cielo
andaba criando el Criador.
Hizo el frío y el calor,
la luz y la escurida’,
la sequía , la humedá’,
el trueno el rayo y el sol.

Para no mezclar los tantos
Agua y tierra separó
Sobre una gota sopló
Y el mar que estaba vacío
Al sentir el aire frío
De pescados se surtió.

Hizo brotar de la sierra
una agüita transparente
que rodó por la pendiente
y desde la punta de un cerro
tiró un puñado de berro
a la par de la vertiente.

Hacía presar los yuyos
en tierra, piedra o arena:
canchalagua, yerba buena,
menta, cedrón, peperina,
unos eran medicina,
otros eran quitapenas.

Instruyó a los animales :
“No tienen que dañinear:
solamente han de cazar
cuando se encuentren hambreaos,
porque el mundo ha sido criao pa’ crecer y mejorar”.

“Pero algo me está faltando,
con esto sólo no alcanza”.
Y con amor y confianza,
con todo su corazón,
hizo al rey de la Criación,
“a imagen y semejanza”.

Pa’ aliviar la soledá
o compartir un dolor,
no existe cosa mejor
que el calor de la amistá.

Cortó una calabacita,
y en su mano la calzó.
La punta le rebanó,
y sin herir su corteza,
con habilidá y con destreza,
con el facón la vació.

Después le puso la yerba,
calentó agua en el brasero,
y metió por el agujero
la bombilla, la bendijo,
“Acá tiene , tenga, m’hijo,
éste es un fiel compañero”.

Finalmente, José Luis Serrano, en su querido personaje de la abuela serrana, nos brindó unos hermosos versos dedicados a todos aquellos que, en estos tiempos difíciles, entregan su tiempo y servicio voluntario por los que más lo necesitan:

“Esos que van por la vida
con poca carga y cantando…
el corazón de mochila,
furtivo y enamorado…

Entregan lo que no tienen,
salen a dar un milagro…
y cuando menos esperan,
resultan “amilagrados”.

Por eso son así,
como el sol, como las flores, no saben calcular,
entregan sus amores.

Y llevan en los ojos
la ternura de un abrazo,
con las manos abiertas
se ven los voluntarios.

Esos que caen del cielo,
como agua de los sembrados,
a repartir alegrías
por suelos desamparados.

Cómo los pájaros libres
se saben acompañados,
por eso adornan la vida
con lo mejor de su canto.”

Escuchá  doña Jovita en el audio al inicio de esta nota.