“Vivo gracia tras gracia del Señor”, señaló el seminarista Juan Pablo Martinolich

lunes, 26 de septiembre de 2022

26/09/2022 – Juan Pablo Martinolich, seminarista de la diócesis de Gualeguaychú en Entre Ríos, nos compartió su testimonio. Juan Pablo colabora con la parroquia María Auxiliadora de Concepción del Uruguay y es muy devoto del Santo Cura Brochero. “Tengo 45 años, vengo de una familia grande ya que somos 10 hermanos. Mis padres ya fallecieron y 4 hermanos también. Yo soy el más chico. Soy del Seminario María Madre de la Iglesia de mi diócesis, estoy en la etapa configurativa, en segundo año de teología. Recibí el 19 de agosto pasado el ministerio del lectorado”, manifestó Martinolich.

“En el Seminario María madre de La Iglesia somos 9 seminaristas. Me encuentro realizando pastoral en la parroquia María Auxiliadora de Concepción del Uruguay, una comunidad que tiene mucho movimiento y con gente muy maravillosa Soy muy devoto del santo Cura Brochero. Todos veranos voy para la semana brocheriana y ya es mi segunda casa. También soy scout y trabaje durante 10 años en la librería Ágape libros”, añadió Juan Pablo.

“Con mi familia de origen somos del barrio cerca del corsódromo de Gualeguaychú. Mi familia participaba más la parroquia Nuestra Señora de Lujan de la Ciudad de Gualeguaychú cuando fuimos vecinos, luego nos mudamos. Hoy vivo gracia tras gracia del Señor. Todo comenzó en la catequesis, fui a la parroquia de Lujan de Gualeguaychú, terminada la misma el sacerdote de la parroquia nos invita a que continuemos en los grupos de Acción Católica. Ahí realicé toda mi adolescencia y juventud. A los 16 años comencé a dar catequesis y fue una vocación que mantuve hasta entrar al seminario”, dijo el futuro sacerdote.

“En el 2003 se me invita a participar de un grupo misionero que realizaba su misión en el Impenetrable Chaqueño. Se puede decir que ahí Jesús me empezó a ganar el corazón más fuerzas. En ese mismo año comienza mi vida como scout. Desde ahí mi vida fue la catequesis, el grupo misionero y el grupo scout en cada una de esas realidades Jesús me mostraba que quería que lo siguiera. El llamado aparece por primera vez, pero al momento de entrar al seminario me echó para atrás, monseñor Luis Guillermo Eichhorn me dice muy tranquilamente: “Quédate tranquilo que si es Dios vas a terminar diciéndole que sí”. Y así fue después de algunos años en el 2018 ingreso al aeminario con 40 años, y acá voy cada día renovando mi si. Estoy convencido que el camino que él me ofrece vale la pena, porque va delante mío, siendo muchas veces mi compañero de camino”, sostuvo Juan Pablo.

“Creo que vale la pena seguirlo y sobre todo en este camino hacia el sacerdocio porque uno va ser instrumento de Él y es lo que todos los días le pido al Señor que haga mi corazón parecido al suyo para que la gente a través mío se encuentre con Él. Mi deseo es llegar a ser un sacerdote para que la gente se encuentre con Jesús, nuestro Salvador, creo que la mejor opción que tenemos y de donde tomarnos para ser mejores personas”, expresó. “Un desafío en la cultura de hoy es ser lo que Francisco nos pide ser artesanos de la paz. soy un convencido que se puede lograr si todos ponemos de nuestra parte en tratar de llevar adelante la cultura del Dialogo y la fraternidad”, agregó.

“Una de mis preocupaciones es como tratar de llegar a los jóvenes y no tan jóvenes para que descubran su Vocación, que es lo que Dios quiere para sus vidas, Mostrar que esta opción de seguirlo a Él ya sea por cualquier vocación sacerdotal o religiosa es muy bueno y vale la pena, mostrar que uno es feliz en este camino que eligió y que vuelve a elegir cada día. Ser sacerdote en el mundo de Hoy es todo un desafío, pero Jesús nos prometió que si lo seguimos no nos dejara solos y eso es lo que uno comprueba todos los días y puede Apreciar que la gente necesita de Dios, y que Dios es sumamente fiel, nunca nos abandona, solo hay que dejar ganarse el corazón por su amo”, señaló Juan Pablo.

“Si hay alguien que ha acompañado en toda mi vida de fe es María, la Virgen del Lujan ha sido la que ha cobijado siempre con su manto, esa frase del Negrito Manuel siempre ha cautivado mi corazón. “Soy de la Virgen nomás”, decía él. Muchas veces en sus manos pongo mi vocación y mi discernimiento y mi vida en el seminario y la parroquia por donde ella me va llevando de su mano. Sueño con una Argentina unida tirando todos para un mismo lado, sabiendo que somos una nación fraterna y en donde todos tienen un lugar, la Argentina es Hermosa y vale la pena vivir y estar en este hermoso país”, afirmó el seminarista.

Finalmente, realizó esta oración misionera:

Señor dame un Corazón que te busque,

Señor dame pies para buscarte y que cuando te encuentre,

pueda abrazarte, en mi corazón guardarte y que no me canse de anunciarte.

Gracias Señor Jesús por llamarme a Ser testigo de tu Amor.

Amén.