11/07/2018 – La Dra. Silvia Correale, postuladora de la causa de canonización del Beato Carlos Manuel Cecilio Rodríguez Santiago, dijo que “Fue un joven laico, que se adelantó a la reforma litúrgica y al espíritu del Concilio Vaticano II. Nació en 1918 y murió en 1963, cuando tenía 44 años, en Caguas, Puerto Rico. Fue bautizado en la Catedral Dulce Nombre de Jesús. Dedicó su vida a la evangelización en el mundo universitario. Nació en una familia sencilla de grandes convicciones religiosas. Eran cinco hermanos, dos de las chicas contrajeron matrimonio, el otro varón se vinculó a la Orden benedictina y fue el primer abad de Puerto Rico, y la benjamina ingresó en la Orden carmelita fundada por la Madre Vedruna”, expresó Silvia.
“Él tenía por su oración y su acercamiento y don de Dios, una capacidad para poner a las personas en unión con Dios, a ellos les agradaba cómo él les hablaba”. “Era una persona que tenía -aún en su enfermedad – una vivacidad, un amor a la vida y una vitalidad grande, y en la universidad prácticamente les hacía una escucha curativa”, expresó el Vicepostulador de la causa de canonización, Padre Oscar Rivera, monje benedictino.
Por otra parte Silvia agregó diciendo que “Él fue un autoformador prácticamente, porque leía muchísimo y traducía de lo que leía, a veces pedía libros a otros países, cuando se enteraba de algún libro que podía ser importante para el tema de la liturgia, porque él profundizó toda la fe católica en la época preconciliar, increíblemente se adelantó un poco al Concilio Vaticano, porque muchas cosas que están en el documento conciliar Sacrosanctum Concilium, él ya lo empezó a vivir antes, por ejemplo seguir la liturgia en la lengua propia, la formación como él la iba a haciendo, fue un profeta en muchas cosas”, dijo
La Dra. Silvia Correale contó que llega al beato Carlos Manuel por Pier Giorgio Frassati, indicando que “Como yo soy la Postuladora de la causa de canonización de Pier Giorgio Frasatti, profundicé en la vida del beato Carlos Manuel Rodríguez, porque en un momento de su vida alguien le preguntó ¿Cómo no te hiciste sacerdote?, entonces él dice, no, yo leí en un libro, de Monseñor Chivaldi, que un joven italiano, Pier Giorgio Frasatti llegó a vivir fiel al Señor en la vida laical y la importancia que tuvo su vida como evangelizador entre los laicos, entonces él dice -Yo quiero ser como Pier Giorgio Frasatti-, el cual fue beatificado por Juan Pablo II en 1990″, relató.
Por su parte, Monseñor Roberto González Nieves, arzobispo de Puerto Rico, dijo que “Ciertamente la figura del beato es una figura llena de alegría y esperanza, en primer lugar porque su lema fue vivimos para esa noche, vivimos para la noche de la vigilia pascual, vivimos para compenetrarnos con el misterio de amor de la victoria de Cristo sobre el pecado. Es un hombre joven, con su chaqueta y corbata, un hombre sonriente, y todavía quedan sobrevivientes de que lo conocieron y que dan testimonio de cómo era él”, indicó Monseñor González.
“No importa cuán larga es tu vida – concluyó Silvia Correale – lo importante es cuánto te entregaste con pasión al Señor y al Evangelio, y esa fidelidad a la voluntad sobre tu vida, dejar obrar al Espíritu Santo, lo importante es la intensidad”, finalizó la postuladora argentina en Roma.
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