Evangelio segun San Marcos 8, 22-26

martes, 15 de febrero de
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Cuando llegaron a Betsaida, le trajeron a un ciego y le rogaban que lo tocara. El tomó al ciego de la mano y lo condujo a las afueras del pueblo. Después de ponerle saliva en los ojos e imponerle las manos, Jesús le preguntó: “¿Ves algo?”.El ciego, que comenzaba a ver, le respondió: “Veo hombres, como si fueran árboles que caminan”. 

Jesús le puso nuevamente las manos sobre los ojos, y el hombre recuperó la vista. Así quedó curado y veía todo con claridad. ´


Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: “Ni siquiera entres en el pueblo”.


Palabra de Dios





Monseñor Santiago Olivera  Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje

 

El evangelio es para reflexionar y hacerlo vida, recordemos que la palabra es para ser encarnada y vivida y así encontrar la verdadera felicidad, no solo es para escucharlo, pues es feliz quien la escucha y la practica.


Hoy el evangelio corresponde a la curación del ciego de Betsaida, descubrimos aquí una vez más la humildad y sencillez del Señor, vemos que para realizar el milagro Jesús se aparta a las afuera del pueblo para no ser visto, porque no quería que se confundan para que no lo miren como no debían mirarlo. Esta curación del ciego tiene una enseñanza muy importante para nosotros porque descubrimos que va curando al ciego por medio de etapas, descubrimos que la curación es un proceso. Así podemos decir que en nuestra vida cada día vamos descubriendo la presencia de Dios, distinguimos mejor, lo vemos en el proceso de nuestra vida, y de hecho, si en nuestra vida estamos unidos a Jesús, la palabra es el mejor modo de confrontar nuestra vida.


Podemos ir viendo mejor y reconociendo su obra en nuestra vida en los acontecimientos y en los hermanos. Y no terminamos de ver todo, porque nuestro límite humano, nuestra pobreza, no lo permite.


Siempre podemos ir avanzando, podemos conocer mas y mejor al Señor. La sanación imperfecta del ciego entonces representa a los discípulos, que, aunque ven y viven con Jesús no terminan de comprender todas sus palabras. La salvación se da por etapas, la fe requiere un proceso gradual de maduración y de crecimiento, esta es la enseñanza de este texto.


Podemos pedirle a Jesús y podemos desear vivamente, con oración confiada, pedir: “Haz que vea”, como otros ciegos, “Haz que vea”. Que pueda descubrir tu presencia, que pueda comprender tus pasos, tus caminos, dejarnos imponer tus manos en nuestros ojos y una vez sanados entremos en este proceso donde vamos comprendiendo cada vez mas la salvación y los caminos que nos invita a transitar.


 

Oleada Joven