Deseo que puedas ser encontrado por la persona adecuada que, seguramente, te está buscando en algún punto del ignoto y vasto universo. Hay alguien -para cada uno- en este misterioso laberinto en el que, a menudo, nos desorientamos y perdemos. Sólo basta que seas encontrado. Lo que está destinado a tu vida, ciertamente te está buscando. Tal vez sólo sea cuestión de tiempo.
(…) En ocasiones el corazón se pone impaciente, anhelante y ansioso porque el amor tiene otro reloj, otro calendario y agenda que no siempre coincide con nuestro propio ritmo. Quisiéramos apurar su tiempo. Descubrir cuál es su momento. Sólo nos queda dejar que nos encuentre. Cuando se pone en marcha, no hay quien detenga el arribo del amor. Con él, llega lo mejor. Sólo hay que abrir los ojos
Padre Eduardo Casas
“Espiritualidad y Madurez humana”
Ed. Santa María, 2014
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