El grano de mostaza

martes, 3 de marzo de
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En nuestras manos podemos encontrar esa pequeña semilla, que en un futuro se convertirá en un gran árbol. El proyecto de Dios que tiene para nosotros y para el mundo, es un proyecto de salvación, de paz, de amor, de verdad y de justicia; es aparentemente pequeño, incluso puede parecer minúsculo y lo encontramos en un hombre humilde y sencillo de Nazaret.



“El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza que toma un hombre y lo siembra en el campo. Es la más pequeña de todas las semillas;…” 

(Mt. 13, 31)

 

¿Cómo enterrar los sueños,
los deseos, las metas,
en la tierra de lo concreto,
donde acaso nada brote?

¿Cómo sepultar la voz
que lucha por hacerse oír?

¿Cómo encarnar,
sin sucumbir al miedo,
verbos difíciles
que hablan de renuncia,
de sacrificio,
de entrega?

¿Cómo cargar con la cruz
ingrata, austera, desnuda
que a veces te sepulta
bajo su peso insoportable?

Pero Tú vuelves fecundo
el suelo antes estéril.
Contigo y a tu manera,
echan raíz
las historias enterradas,
y brota un árbol frondoso,
cuyos frutos saciarán mil hambres.

Tu Verbo habla de amor,
de encuentro,
de una alianza indestructible.

Y, aunque no siempre se vea,
los crucificados dejarán las cruces,
vencedores, al fin,
en esa batalla que es la vida.

J. Mª. Rodríguez Olaizola