Serena humanidad que mansamenteen suave costado nos amansasosegando el mal que embravecidocon sus olas encrespadas amenaza.
“¡Venid a Mí! -se oye en lontananza-y aprended de lo abierto la enseñanza:sólo hundidos en el fondo de mi llaga,vivirán reflotando en esperanza.
Venid a Mí, si el vivir de más les cansa,pues El-que-vive-amando no descansa.Si aupados los llevo yo en mi carga,mi cansancio su descanso les alcanza.
Venid a Mí, si el dolor da su asechanza,a beber del vino transformado que los bañaen la fuente del costado que aún manay calmando las heridas emborracha.
Venid a Mí. Traed aquí su barca;la red tirad a la derecha;bajad después hasta la playa,que esperando estoy junto a las brasas”.
Javier Albisu