Señor, cómo quisieraen cada aurora aprisionar el día,y ser tu primaveraen gracia y alegría,y crecer en tu amor más todavía.
En cada madrugadaabrir mi pobre casa, abrir la puerta,el alma enamorada,el corazón alerta,y conmigo tu mano siempre abierta.
Ya despierta la vidacon su canción de ruidos inhumanos;y tu amor me convidaa levantar mis manosy a acariciarte en todos mis hermanos.
Hoy elevo mi cantocon toda la ternura de mi boca,al que es tres veces santo,a Vos que eres mi Rocaen quien mi vida toda desemboca.
Amén.
Himno de la Liturgia de las horas