Un sábado, Jesús enseñaba en una sinagoga. Había allí una mujer poseída de un espíritu, que la tenía enferma desde hacía dieciocho años. Estaba completamente encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera.
Jesús, al verla, la llamó y le dijo: “Mujer, estás curada de tu enfermedad”, y le impuso las manos. Ella se enderezó en seguida y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la multitud: “Los días de trabajo son seis; vengan durante esos días para hacerse curar, y no el sábado”.
El Señor le respondió: “¡Hipócritas! Cualquiera de ustedes, aunque sea sábado, ¿no desata del pesebre a su buey o a su asno para llevarlo a beber? Y esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo aprisionada durante dieciocho años, ¿no podía ser librada de sus cadenas el día sábado?”.
Al oír estas palabras, todos sus adversarios se llenaron de confusión, pero la multitud se alegraba de las maravillas que él hacía.
Palabra de Dios
P. Gustavo Gatto Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Villa María
El evangelio de hoy nos presenta a Jesús que cura a una mujer poseída por un espíritu. Hacia 18 años que la tenía encorvada y Jesús la ayuda a enderezarse.
La invitación que Jesús nos hace es de pasar de una vida centrada en uno mismo, del egoísmo a la solidaridad, de una vida individualista a vivir en comunidad, de una vida que nos hace descartar a los demás a una verdadera cultura del encuentro.
“Este es el milagro que Jesús quiere hacer en nosotros “.
Fuente: Radio María Argentina