Sin Vos me pierdo, en el Amor me encuentro.

lunes, 23 de noviembre de

 

“Me quedé pensando en una pregunta que recientemente me hizo una amiga: ‘¿cómo hacés para estar siempre tranquila?’ 

 

Y, con sinceridad, le dije que no siempre lo estaba. Que tengo esos días en que me inquieto dejándome llevar por las preocupaciones, o esos otros en los que, porque no salen las cosas como quiero, “me pongo rebelde”. 

 

Pero, durante estos días, esa pregunta quedó resonando en mi interior. Empecé a repasar mi vida en diversos acontecimientos -difíciles y no-, y me sinceré aún más conmigo misma.

 

Pude descubrir la razón, el motivo que lleva a la tranquilidad…

 

Tantas cosas nos inquietan: un trabajo, un problema, una pregunta, una duda, una situación, sea lo que sea… Tan frágiles somos para preocuparnos, para disgustarnos… Y si, tan solo nos detenemos un minuto, entre lo que no deja lugar a la calma en nuestra vida, y miramos con otros ojos la realidad, podemos ver que hay algo más importante.

 

 

AMAR (Búzios)

 

Aunque a veces me distraiga de Tu mirada o cueste entenderte, no se trata de eso sino de empezar a confiar cada día un poquito más en Tu palabra, de saber que al contar con Tus delicadas manos todo se hace más liviano, de que estás en cada detalle y todo -a Tu tiempo- termina siempre, siempre bien.

 

Muchas veces me olvido que estás conmigo… pero, al transcurrir los días, mi corazón anhela Tu presencia -¡es que no soy nada si no te tengo!- e intento buscarte de nuevo y te dejás encontrar para juntos caminar… 

 

Sin Vos me pierdo, en el Amor me encuentro.

 

Tu Gracia es la que calma, sostiene y alumbra nuestros pasos.

Que cada día pueda abandonarme más a ella… Quiero dejarme moldear por Tu tierna bondad.

 

Últimamente pienso: ‘¡qué extraña serenidad siento!’… Pero no, extraña no, porque cuando entro en una relación más íntima y profunda con Vos -en la oración, en la contemplación y en la Eucaristía-, comienzo a sentirme así y de a poco voy descubriendo Tu mano en cada detalle, que la esperanza puesta en Vos ilumina cada momento, y que sos la única razón por la que me siento inundada de paz. 

 

Me siento mimada, me siento eterna e incondicionalmente amada y no sé si puedo disimularlo.

 

Y este encontrarme abrazada por Vos me invita a seguir, sonriente, con ánimo a hacer lo cotidiano con el corazón presente allí, a no permitir que lo urgente deje de lado lo importante, a levantarme si me caigo, a ir dejando el miedo paralizante para arriesgarme por lo que realmente vale la pena y llena de felicidad: el Amor.

 

 

Cecilia Fernández

Noviembre 2015

 

 

Cecilia Fernández