Evangelio según San Lucas 1,26-38

viernes, 4 de diciembre de

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una joven desposada con un hombre llamado José, de la descendencia de David; el nombre de la joven era María. El ángel entró donde estaba María y le dijo:

 

«Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo».

 

Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué significaba tal saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, pues Dios te ha concedido su favor. Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. El será grande, será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y reinará sobre la descendencia de Jacob por siempre, y su reino no tendrá fin».

 

María dijo entonces al ángel: «¿Cómo será ésto, pues no tengo relaciones con ningún hombre?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que va a nacer será Santo y se llamará Hijo de Dios. Mira, tu pariente Isabel también ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que todos tenían por estéril; porque para Dios no hay nada imposible».

 

María dijo: «Aquí está la esclava del Señor, cúmplase en mí como tú dices». Y el ángel se retiró.

 

 

 

 

Palabra de Dios

 

 


Monseñor Santiago Olivera Obispo de la Diócesis de Cruz del Eje

 

 

 

Hoy celebramos con mucha alegría la solemnidad de la Inmaculada la Madre de Dios, del Dios con nosotros, de Jesús que es el Dios con Nosotros, el merito justamente de este Jesús que murió en la Cruz. Ha sido preservada su Madre, de todo pecado. Maria que le prestó su cuerpo al cuerpo de Jesús es como sentido común pareciera que está bien, y es lógico, que fuera preservada de pecado aquella que iba a dar a Luz al Santo de los Santos por eso Maria ha sido preservada de pecado original.

 

Sin duda que es un día de fiesta en nuestras comunidades, celebrar a la Virgen a Maria que es tan querida, que es tan admirada, que es la “llena de Gracia” lo expresamos de distintas maneras. Nuestras Parroquias, nuestra comunidades, muchos de nosotros, hemos conocido a Jesús por primera vez en la comunión, o se consagran a Maria los niños los jóvenes, o se renuevan votos por lo que significa esta Llena de Gracia como modelo para el Cristiano.

 

El Evangelio de hoy, que la Iglesia nos propone, es el anuncio del Ángel del Señor a Maria. Es un texto, de Lucas que tiene mucho para meditar, mucho para contemplar, para rumiar, para imitar. El Ángel aparece y le dice “Alégrate, llena de Gracia el Señor esta contigo”. Dios se encarnó en una joven Judía. ¡Cómo no alegrarse una creyente, si el Señor está con ella! pero con la humildad de la Virgen además, frente a esto tan desconcertante, diríamos a este plan de Dios tan sorprendente para su vida. Nos dice ella misma, nos dice el evangelio “quedó desconcertada”. Ante esto el Ángel le dice “No temas Maria”.

 

Lo grande del texto, que de algún modo aquí vemos, es el dialogo como vocación. Porque la llamada a la Virgen, es una vocación a la cual María responde, se asombra y pregunta “¿cómo puede ser esto?,¿cómo puede ser si yo no conozco varón, si yo no tengo relación con ningún hombre?” y se le explica: “el niño viene de Dios, el Espíritu Santo descenderá sobre ti”, le dice el Ángel y hay pruebas de la obra de Dios. “Dios ha hecho una prueba a Isabel tu parienta. A pesar de su vejez se encuentra en sexto mes.

 

En este clima vocacional de la virgen, también nosotros tenemos que pedirle a Dios, que nos ayude a vivir así nuestra vida porque ella descubrió su papel en el plan de la redención. Frente a la objeción de Maria hubo una solución al problema, (pues su fecundidad) “para Dios todo es posible”. Pero fundamentalmente fue su “Hágase”; su “Hágase en mi según su Palabra”. El Si de Maria dicho en el claro oscuro de la Fe, un Si firme mantenido, un Si que confió. En Maria nosotros podemos decir nuestro Si.

 

Debemos, como Maria, aprender y saber escuchar. En Maria, digamos “Hágase” con generosidad, para encarnar en cada situación el evangelio. Que cada día digamos “Si” al plan de Dios. Me pregunto: ¿sabemos todos el Sueño de Dios en cada uno de nosotros? ¿nos hemos preguntado cual es Su Plan en nuestra Vida? .Pidámosle a Maria que nos ayude realmente en esta fiesta de la Inmaculada, ella que dio a luz al Dios con nosotros, a Jesús que nos ayude también a encarnar a su hijo Jesús con nuestras actitudes.

 

 

Fuente: Radio Maria Argentina

 

Radio Maria Argentina