Soñar los sueños de Dios

martes, 29 de diciembre de
image_pdfimage_print

Mi hijo Benjamín tiene 3 años y es súper fan de los “dinosamos” es decir, los dinosaurios. Motivo por el cual hemos visto con Marce, mi esposo, cientos de videos, revistas, libros y películas sobre la temática. Y, como es propio de su edad, cada película se ve repetidas veces. Incluso en un mismo día.

 

La peli “Caminando con dinosaurios”, es de donde extraje las siguientes escenas que los invito a ver. 

 

 

Confieso que desde que la vi, éstas escenas me impactaron muchísimo. ¿Por qué? En la primera de ellas, nuestro Pachyrinosaurio, Patch el más pequeño y débil de la manada, herido por haber enfrentado la muerte a causa de su “osadía” cae rendido en la batalla contra el líder de la manada, su hermano mayor Malgesto. Este siempre fue exitoso, fuerte, también soberbio, egocéntrico e individualista. Hasta acá, a simple vista, el más fuerte, según se dice, vence al más débil.

 

Patch, vencido, decide entregarse a la muerte. No luchar más ni por sus sueños ni por su amor por Juni. Se reprocha a sí mismo el haberse permitido soñar con cumplir su anhelo. Pero es ahí donde su mejor amigo, Alex, le recuerda una escena de su vida que fue fundante: El día en que su padre dió la vida para salvarlo a él y a su hermano. Su amigo se lo recuerda con las siguientes palabras “Patch, escúchame, no mueras en vano. Si vas a morir, muere por algo como hizo tu padre, él murió por tí. Y ahora tienes a alguien por quien vivir”.

 

Ésta frase a mí se me clavó en el corazón y pensé, me pregunté ¿Cuántas veces, cuántos de nosotros nos rendimos, nos dejamos “morir”, o como dice el Papa, somos jóvenes jubilados porque creemos que no valemos, que no tenemos “pasta de líder”, que somos nada, nadie? Incluso nos reprochamos como nuestro amigo ¿Cómo yo me voy a atrever a desear esto o aquello? Y así cuantas preguntas y fundamentos más para seguir sintiéndonos derrotados, paralizados.

 

Y ¿Sabés qué? La respuesta es mucho más simple. Todas esas preguntas encuentran sus respuestas en la siguiente verdad: Porque hay Alguien que te, me amo y te, me ama tanto que fue capaz de dar su vida por nosotros. Y es ese Amor el que me hace digno/digna. Ese Amor me hace importantísimo/importantísima.

 

Por otro lado, en la siguiente escena, su hermano está a punto de morir en manos de un Gorgón, un gorgosaurio. ¿Qué lo lleva a esa situación? El querer vencer al “Príncipe oscuro” solo, con sus propias fuerzas, sin la ayuda de nadie. Patch, ante esta situación no devuelve con la misma moneda a su hermano sino que una vez más, desde la dignidad de saberse Amado y rescatando por su Padre, decide salvar a su hermano; luchar contra el mal pero no lo hace solo sino junto a su manada, a sus pares. Esto lo convierte en un verdadero líder.

 

¿Qué quiero decir con esto? Que Su amor nos pone de pie, nos salva, redime, dignifica, nos hace verdaderamente victoriosos pero no solos sino con otros, es decir “somos en comunidad”.

 

Jesús tiene un proyecto para vos. Él cuenta con vos y quiere que te pongas de pie, que le creas. Pero quiere que sea junto a otros, rompiendo con el esquema individualista, exitísta que propone el mundo. Anímate a levantarte si te sentís caído, a dar los primeros pasos si te sentís paralizado. No estás solo. Dios te pensó con otros.

 

Anímate a descubrir tu misión y tu comunidad.

 

Corina Acevedo