Bibiana y Ariel están casados y tienen 3 hijos. Nunca se imaginaron que Dios tendría pensado para ellos ser familia y a la vez viajar por el mundo dando a conocer el evangelio.
De jóvenes, cada uno por su lado, soñaba por llevar el evangelio a todo el mundo. El llamado a la misión fue constante a lo largo de su camino pastoral. Ariel contó que en su juventud buscó por infinidad de lugares la posibilidad de misionar ya que según su parecer, al casarse, la vida de familia le impediría llevar a cabo su llamado a ser Misionero. De esta manera cada uno tuvo su experiencia de anuncio en diferentes oportunidades.
Cuando se unieron sus caminos la vocación de Misión se unió a su proyecto de familia. Así fue como los planes de Dios se encargaron de guiarlos hasta Huinganco, al norte de Neuquén. Allí misionaron a lo largo de cinco años dejando en evidencia que Dios tenía planeado una familia misionera para ellos dos.
La misión en ese lugar no solo era hacia afuera sino que los planes de Dios los puso al encuentro de Hector su hijo mayor, a quien sin duda alguna lo sumaron a su ser familia.
Así fue como de la mano del padre Diego Canales surgió la posibilidad de una misión Ad Gentes en el marco de las Iglesias Hermanas. Se trata de una comunidad al servicio de la Misión Ad Gentes, en el discernimiento, formación, envío, apoyo, recepción en destino y reinserción en origen de misioneros en África.
Hoy se encuentran en Angola iniciando su segundo año de misión junto a sus tres hijos. “Ser fiel a uno mismo y en sintonía a Dios que es la misma cosa” nos decía Ariel, en clara invitación a escuchar nuestro corazón y dejarnos interpelar al llamado a la misión.