Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Chozas, Sin embargo, cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver.
Algunos de Jerusalén decían: “¿No es este aquel a quien querían matar? ¡Y miren cómo habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es”.
Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: “¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen. Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió”. Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora.
Palabra de Dios
P. Nicolás Retes
La pregunta de Jesús de hoy queridos amigos de Oleada Joven en este evangelio del viernes 11 de marzo, plena cuaresma, es la siguiente: “¿así que ustedes me conocen y saben de dónde soy?” si bien Jesús la hace a los interlocutores, es decir a aquellas personas con las cuales él está hablando en ese momento también es para nosotros, que muchas veces corremos el riesgo de creer que lo conocemos a Jesús y simplemente sabemos algo de él.
El error estaría en dar por supuesto que Dios va a hacer tal o cual cosa. Verdaderamente como es Dios nosotros no sabemos cómo va a obrar, que nos va a pedir, que nos va a decir; es cierto que algo conocemos de Él, pero sigue siendo Dios, un misterio, por eso esa tentación de querer aprisionar a Dios en nuestras ideas, en nuestros conceptos, en creer que conocemos todo lo que nos va a pasar es un grave error, acostumbrarse a Dios en ese sentido es malo. Por el contrario, la invitación sería a conocerlo verdaderamente más a Dios y ésta es una tarea apasionante,durante toda la vida vamos a estar tratando de conocernos a nosotros mismos y también a Dios, y esto cuesta, porque es un trabajo que lleva constancia, que lleva dedicación, es algo que se hace cotidianamente, todos los días y ¿cómo se hace? bueno se hace a través de la oración, se hace a través de compartir la Palabra de Dios, de participar de actividades en la parroquia, en la iglesia, de participar de los sacramentos activamente, haciendo obras de caridad, en fin todas las herramientas ordinarias que tenemos los cristianos (digo ordinarias porque son de todos los días o debieran ser) y ésto nos alimenta, nos llena de Jesús, y así misteriosamente lo vamos conociendo más y más al Señor, ésta es la forma de acercarse.
Pero por otro lado no pensemos que somos nosotros simplemente los que nos acercamos a Dios, como siempre Él nos amó primero, principio general de la Gracia, es Dios siempre el que se acerca primero y seduce nuestro corazón, nos enamora, nos llama una y otra vez a servirlo.
Por eso no bajemos los brazos , no nos dejemos ganar por el desánimo y busquemos realmente a Dios y su Reino, busquemos sembrar con los dones que hemos recibido, con esa Palabra que ha sido sembrada en nuestro corazón busquemos hacer crecer este Reino de Dios.
“¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy?” qué lindo poder responder a esta pregunta del Señor diciendo: y bueno Señor intento, todos los días trato de conocerte un poquito más, ayudame; y crecer en esa intimidad con el Señor.
Si sentís este deseo en tu corazón no lo pierdas, no lo entierres, no lo abandones, al contrario hacelo crecer para conocerlo más a Jesús.
Fuente: Radio María Argentina