Heridos sanados para sanar a otros

martes, 10 de mayo de
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“El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido para anunciar la buena nueva, me ha constituido Mesías para proclamar un tiempo de gracia del Señor, para liberar a los cautivos, para dar vista a los ciegos, el Espíritu del Señor está sobre mí”, con poder el Espíritu Santo emana de Jesús por medio de las curaciones, en toda la acción salvífica que Jesús actúa en su tiempo y sigue actuando hoy.

 

El Espíritu cuando nos unge comienza a actuar en nosotros, para que salgamos a compartirlo para hacer todo nuevo. Se trata de liberar a los cautivos, de dar la vista a los ciegos y de proclamar un año de gracias.

 

Es el Espíritu el que resucita a Jesús de entre los muertos el que glorifica las llagas de Cristo, y el que nos permite a nosotros también, heridos, constituirnos en personas capaces de anunciar al Cristo que transforma y liberar a los hermanos. Pablo dice en la Carta a los Romanos 1, 4; 8, 11: “Por tanto constituido plenamente Cristo en una humanidad victoriosa de la muerte”, es el Espíritu el que unge a Jesús, el que lo resucita del lugar de los muertos. Ese mismo Espíritu es el que viene a marcarnos con su sello y a renovar esta en el corazón herido, y a demostrarnos que con Jesús, el sanador herido, serlo también de nuestros hermanos.

 

Te invito a abrir el alma para sintonizar con ese lugar de tu herida que Dios quiere llenar de vida. Las llagas del resucitado están resplandecientes, y desde ese lugar redimido de tu corazón quiere llegar a los que más sufren en el alma y en el cuerpo para decirles que ha llegado el tiempo de la gracia y de la liberación, el tiempo de la unción en el Espíritu.

 

También a los que de algún modo estamos incorporados a Él como cabeza, el Padre quiere renovar, para que la vida nueva se derrame sobre todo el mundo y todos se incorporen a Jesús y con Jesús metidos en el misterio de Dios sean definitivamente redimidos, transformados, salvados, hechos hombres nuevos en Cristo Jesús.

 

 Es la obra del Espíritu que se adelanta y va mucho mas allá de lo que nosotros nos podamos imaginar; es saber descubrirlo y entrar en contacto con Él, lo que nos permite sumar a nuestros hermanos a este camino de pertenencia en Jesús, de ser uno en Cristo, el Ungido, el lleno del Espíritu Santo.

 

Padre Javier Soteras

 

Oleada Joven