Jesús dijo a sus apóstoles: “El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño. Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, ¡cuánto más a los de su casa! No les teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido.
Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas.
No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena. ¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo. Ustedes tienen contados todos sus cabellos.
No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros. Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo. Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres.”
Palabra de Dios
P. Gustavo Gatto Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de Villa María
Hoy en el día de la independencia de nuestra Patria dónde rezamos por ella en este Bicentenario, el Señor nos regala varias enseňanzas.
La primera es: Que el discípulo debe ser como su Maestro. Queremos ser como Jesús, configurarnos con Él. Que el discípulo debe vivir en la luz, no en la oscuridad.
Que el discípulo debe confiar en la providencia de Dios que nos cuida. Nada malo nos ocurre si confiamos en su providencia, porque Él nos ama y nos cuida.
Estamos llamados a reconocer el nombre de Jesús ante los demás. Estamos llamados a perseverar la Fe en medio de las dificultades. ¡Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos!
Hoy celebramos a la Virgen María, en esta advocación de nuestra Señora del Carmen.
María es el ejemplo a seguir para hacer verdaderos discípulos; Ella es la que perfectamente escucha la palabra y la pone en práctica. Estar cerca de la Virgen nos ayuda en el camino de ser discípulos. María nos enseña como ser verdaderos amigos de Jesús.
Le confiamos nuestro corazón a María porque es nuestra Madre, ella nos conoce y esta con nosotros.
¡Bendecido fin de semana!