Wiplash, música y obsesión

viernes, 15 de julio de

¿Cuáles son los parámetros de éxito en tu vida? ¿Estamos dispuestos a dejar los vínculos de lado por nuestra satisfacción personal?

Andrew era un joven apasionado por la música y tenía un sueño: convertirse en un gran baterista y ser famoso. Para ello comienza a estudiar en una de las escuelas de música más prestigiosas de Estados Unidos. Ahí mismo al finalizar una clase se cruzará con Terrence Fletcher , el director de la multipremiada orquesta de Jazz del instituto, quien observa en el joven un gran talento y decide invitarlo a formar parte de su equipo. Todo parecía indicar que el sueño de Andrew empezaba empezaba a tomar forma.

Motivado por la invitación, el joven empieza a ensayar con la orquesta. El profesor Fletcher era conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza. En la filosofía de este director, la única forma de que un músico alcance su verdadero potencial es presionándolo al máximo, llevándolo al límite de sus capacidades, sin importarle lo que el estudiante viva, sienta o le esté pasando en su vida.

Andrew convierte a la batería en el eje de su vida y la obsesión por ser el mejor lo llevan a un laberinto sin salida. No importaba lo que tuviese que dejar de lado para alcanzar su objetivo: sus estudios, su noviazgo, su vida social, la relación con su padre y hasta su propio cuerpo se fueron destruyendo a causa de su obsesión. Todo a la vista de un profesor al que sólo le interesaba convertir a su orquesta en la mejor del país.

Whiplash nos interpela y nos lleva a preguntarnos si en la vorágine por alcanzar logros o éxitos personales tenemos la capacidad de “parar la pelota” y mirar a nuestro alrededor para ver qué estamos dejando de lado por “llegar” a cumplir nuestros objetivos.