Evangelio según San Mateo 15, 21-28

martes, 2 de agosto de
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Jesús partió de allí y se retiró al país de Tiro y de Sidón.Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: “¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio”.

Pero él no le respondió nada. Sus discípulos se acercaron y le pidieron: “Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos”.Jesús respondió: “Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel”.

Pero la mujer fue a postrarse ante él y le dijo: “¡Señor, socórreme!”.Jesús le dijo: “No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros”.Ella respondió: “¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!”.Entonces Jesús le dijo: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!”. Y en ese momento su hija quedó curada.

 

Palabra de Dios

 

 


P. David Pintos sacerdote de la Iglesia San Lorenzo de Coronel Solá, Diócesis de La Nueva Orán

 

 

 

Todo puede suceder cuando nos postramos ante Jesús, no hay nada imposible para un corazón muy confiado. Esta escena del evangelio es muy fuerte.


A simple vista parece que Jesús hace oído sordo, ante el clamor de una madre por su hija, parece, pero no es así.


Nuestro Jesús está muy pendiente siempre de lo que nos hace falta y he de seguro que siempre nos concederá aquello que le pidamos, y sobre todo cuando se trata de cuidarnos ante el mal, pero eso sí, tenemos que confiar en él, tenemos que dirigirnos hacia él y confiar que Jesús puede cuidarnos, preservarnos y salvarnos del mal.


La mujer del evangelio lo tenía muy claro, sabia a donde ir y a quien dirigirse.
Ir hacia Jesús es lo más seguro cuando se trata de pedir por un ser querido, aunque muchas veces pareciera que Jesús haga oído sordo, tenemos que clamar, gritar y confiar en él, hasta las últimas consecuencias.


Jesús no es sordo. Ojala que siempre recurramos a él con un corazón muy fuerte y confiado.


Algunas preguntas que pudiéramos meditar en el día de hoy:

 


¿Cuando me dirijo a Jesús, de qué forma lo hago? 
¿Mis oraciones, mis clamores ¿son insistentes y llenos de fe?

 

Que Jesús también pueda decir de nosotros ¡qué grande es tu fe, que se cumplan tus deseos!


Que tengan una linda jornada.

 

 

 

 

 

 

Radio Maria Argentina