Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con Él,y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:”Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”.
Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento.
El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”.
Palabra de Dios
P. Nicolás Retes Sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires
¿Cuál es el mandamiento principal, el más grande? sin dudas se resume en este amor: amor al Señor y por supuesto también al prójimo, pero no de cualquier modo, sino utilizando todos los dones recibidos, utilizando lo que Dios nos ha regalado que es Su amor mismo, que Él nos amó entrañablemente, Él primero, toma la iniciativa y nos convoca, nos invita a hacer lo mismo con Él y con el prójimo. Por eso más allá de todos los preceptos que pueda haber, el principal, el más importante, es esta ley el amor, que consiste en ser llevada a la práctica con gestos, con actos concretos, no simplemente quedarse en palabras, sino obrar, ir al cómo. Siempre en la iglesia católica decimos que el cómo es muy importante, cómo realizamos las cosas, qué empeño, qué amor utilizamos con cada acción.
Pidámosle al Señor entonces en este viernes la gracia de revisar con un corazón grande cómo estamos viviendo, cómo estamos realizando nuestras obras de caridad, cómo están nuestras relaciones con los demás, con los más próximos y con los más prójimos, si realmente estamos viviendo la caridad a fondo, con entusiasmo, con ganas, si lo hacemos por Jesús, si lo hacemos para que Su reino crezca cada día.