En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo».
Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.Pero el Angel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin».
María dijo al Angel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El Angel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios».
María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho».Y el Angel se alejó.
Palabra de Dios
P. Nicolás Retes Sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires
Celebramos hoy a María nuestra madre bajo la advocación de nuestra Señora del Rosario, viernes 7 de octubre, queridos amigos de oleada joven, la Palabra de Dios nos presenta este texto maravilloso:la visita del ángel Gabriel a nuestra madre, la virgen María.
“No temas, María, porque Dios te ha favorecido” ¡qué momento de la historia! hay un antes y un después de este momento clave en el cual Dios se acerca a María y le da a conocer Sus planes, y María responde que si, María se suma a la gracia de Dios para poder cambiar la historia.
“El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra”.
La respuesta de María nos deja a todos con la boca abierta: “yo soy la servidora del Señor, que se haga en mi según Tu palabra”. María siempre disponible para el servicio, María siempre confiando en Dios, aunque seguramente habrá tenido sus dudas, sus preguntas, sin embargo fue más grande su amor, su confianza en el Señor, y ese si atraviesa toda la historia de la humanidad, de allí el saludo del ángel: “¡Alégrate, María, llena de gracia el Señor está contigo!”.
María la llena de gracias, la bondadosa, la humilde, la que nos acompaña siempre en silencio, la que cubre nuestras espaldas, te invita hoy también a estar más cerca de Jesús, a tomar conciencia del cariño, del amor que Dios te tiene, de todo lo que ha hecho Dios para salvarnos: envió a su Hijo, murió en la cruz, resucitó para nuestra salvación.
María forma parte esencial de esta historia de la salvación.
Y así ella, silenciosa, como a un costadito de la historia va ayudando a caminar, siempre nos da fuerzas para seguir adelante y nos invita una y otra vez a seguir luchando por la salvación.
Muchas veces nos pasa como a María, que en un principio queda desconcertada al oir las palabras del ángel Gabriel, y se pregunta qué significa este saludo. Muchas veces nos preguntamos en el mundo de hoy qué camino hay que seguir, con este tema, con este otro, cómo puedo seguir avanzando, cómo puedo crecer.
Quien tiene a María siempre cerca, quien descubre a Jesucristo en su vida tiene ya una brújula, un gps garantizado.
Le pedimos a María en este día que la celebramos bajo la advocación de nuestra Señora del rosario tener un corazón servicial, un corazón humilde, atento a la Palabra de Dios para poder realmente seguirlo a Jesús más de cerca y anunciar con sus gestos, palabras, anunciar su evangelio.