Jesús dijo entonces: “¿A qué se parece el Reino de Dios? ¿Con qué podré compararlo?Se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su huerta; creció, se convirtió en un arbusto y los pájaros del cielo se cobijaron en sus ramas”. Dijo también: “¿Con qué podré comparar el Reino de Dios? Se parece a un poco de levadura que una mujer mezcló con gran cantidad de harina, hasta que fermentó toda la masa”.
Palabra de Dios
En el evangelio que acabamos de escuchar, vemos a un hombre que se acerca a Jesús para hacerle una pregunta sobre la salvación, una pregunta que apunta hacia la cantidad de quienes se salvaran.
“Es verdad que son pocos” les dice. Y la respuesta de Jesús va a hacia otro lado, con otro destino, no tiene que ver con la cantidad sino con el modo.
De como podremos salvarnos, o como tendremos que hacer para salvarnos. Por esos la respuesta del señor tiene que ver con lo que se salvaran, serán aquellos que estén comprometidos con el mensaje del evangelio de una manera seria, porque las cosas de Dios son muy serias y debemos tomarlas como tal, y no de una manera superficial.
El Señor nos dice: “traten de entrar por la puerta estrecha”. Por eso pensemos cuales son las cosas de Dios, las cosas del Evangelio, los desafíos muy grandes que tenemos en adelante, y que requieren de nosotros la disposición total, un compromiso completo.
Pensemos en todos los proyectos que se realizan por Dios. Por su iglesia, por un mundo mejor, grandes o pequeños, pero que se requiere de nosotros una entrega total del corazón, una entrega total de la vida, la puerta donde debemos pasar antes de que se cierre son estas cosas.
Como dice la madre teresa frente a las acciones de Dios, son como una gota, pero es una gota tan importante que si no se la colocara en el mar, el mar seria distinto.
Frente a las cosas de Dios, las cosas del Evangelio, frente a los proyectos de hacer el bien.
Como es mi compromiso, me involucro, o siempre veo y dejo que las cosas, del compromiso y de hacer el bien, pasen… sin que yo me comprometa.
Y yo sigo solo en lo mío de una manera egoísta, encerada.
Cuando el Señor nos dice ‘No sé de dónde son ustedes.’ Significa que nosotros mismos nos aislamos en nuestras cosas. Y que el señor no nos conoce porque nunca nos vio en sus cosas. Nunca nos vio en las cosas de Dios de una manera comprometida. Sino que siempre estuvimos. Pero nuestro corazón estuve en otro lado.
Como dice san juan de la cruz “ Al final de nuestras vidas seremos juzgados en el amor”.
Seremos salvados en tanto y en cuanto, hayamos amado y practicado el evangelio de Jesús. Que el Señor nos de la gracia de poder ser fiel y comprometidos a sus mensajes, para ser salvados y entrar en su Reino.Que tengan un bendecido dia.