Evangelio según San Lucas 19, 11-28

martes, 15 de noviembre de
image_pdfimage_print

Jesús dijo una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a aparecer de un momento a otro. El les dijo: “Un hombre de familia noble fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar en seguida.

 

Llamó a diez de sus servidores y les entregó cien monedas de plata a cada uno, diciéndoles: ‘Háganlas producir hasta que yo vuelva’. Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de él una embajada encargada de decir: ‘No queremos que este sea nuestro rey’. Al regresar, investido de la dignidad real, hizo llamar a los servidores a quienes había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno.

 

El primero se presentó y le dijo: ‘Señor, tus cien monedas de plata han producido diez veces más’. ‘Está bien, buen servidor, le respondió, ya que has sido fiel en tan poca cosa, recibe el gobierno de diez ciudades’. Llegó el segundo y le dijo: ‘Señor, tus cien monedas de plata han producido cinco veces más’.

 

A él también le dijo: ‘Tú estarás al frente de cinco ciudades’. Llegó el otro y le dijo: ‘Señor, aquí tienes tus cien monedas de plata, que guardé envueltas en un pañuelo. Porque tuve miedo de ti, que eres un hombre exigente, que quieres percibir lo que no has depositado y cosechar lo que no has sembrado’. El le respondió: ‘Yo te juzgo por tus propias palabras, mal servidor. Si sabías que soy un hombre exigentes, que quiero percibir lo que no deposité y cosechar lo que no sembré, ¿por qué no entregaste mi dinero en préstamo? A mi regreso yo lo hubiera recuperado con intereses’.

 

Y dijo a los que estaban allí: ‘Quítenle las cien monedas y dénselas al que tiene diez veces más’.

 

‘¡Pero, señor, le respondieron, ya tiene mil!’. Les aseguro que al que tiene, se le dará; pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene. En cuanto a mis enemigos, que no me han querido por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia”. Después de haber dicho esto, Jesús siguió adelante, subiendo a Jerusalén.

 

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 


 P. David Pintos

 

 

 

Buscamos entonces un momento en el día donde podamos meditar con mucha alegría la buena noticia para hoy.

Lo tomamos del Evangelio de San Lucas 19, 11-28.

Estamos al final del año litúrgico y también concluyendo el año Santo de la Misericordia. Pasan por nuestras memorias el año intenso que hemos vivido. Los jubileos, las convivencias, las jornadas, las misiones, los retiros, las misas, las confesiones… ¿Te acordas de todo lo que vivimos este año? ¿Cuál fue el acontecimiento que más te gusto y sentiste la cercanía de Dios? diferentes acontecimientos que nos ayudaron a conocer más y más lo hermoso que es vivir la Misericordia de Dios.

Estoy seguro que como Iglesia el Señor nos regaló muchísimas bendiciones, estoy seguro y confiado que cada uno de nosotros hemos recibido del Señor lo mejor de Él y lo seguiremos recibiendo: Su Misericordia.

Es así Dios, muy generoso con todos y con cada uno de nosotros. Así lo vemos en la Parábola del Evangelio de Hoy, donde vemos que Él Rey les comparte sus riquezas. Pero también vemos que Dios, porque se jugo por nosotros dándonos dones y riquezas, espera que demos lo mejor de nosotros o que hagamos algo con eso que nos confió. Porque si Dios nos pide algo es porque él antes ya nos dio todo los elementos para que podamos realizarlo.
Entonces pensando en todo lo que vivimos en este año especial, año de la Misericordia… ¿Qué bendiciones hemos recibido? Dios es muy generoso ¿Qué riquezas siento que Dios me ha confiado?

Dios con lo que me ha dado espera mucho de mí. ¿Cómo puedo multiplicar esas bendiciones que Dios me dio? ¿En qué puedo invertir aquellas riquezas de bendiciones que Dios me regalo?

Gracias a Dios por tanta Misericordia que tiene que con todos y cada uno de nosotros. Que cada uno de nosotros sigamos mostrando con nuestras vidas, dones y riquezas, lo que Dios nos ha regalado.

Dios es Misericordiosos. Nosotros sus hijos también. Que Dios nos bendiga y nos de la gracia de poder ser un fiel servidor que invierte y comparte con todos su Misericordia.

Bendecido dia.

 

 

 

Radio Maria Argentina