Jesús entró nuevamente en una sinagoga, y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si lo curaba en sábado, con el fin de acusarlo.
Jesús dijo al hombre de la mano paralizada: “Ven y colócate aquí delante”.
Y les dijo: “¿Está permitido en sábado hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?”. Pero ellos callaron.
Entonces, dirigiendo sobre ellos una mirada llena de indignación y apenado por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: “Extiende tu mano”. El la extendió y su mano quedó curada.
Los fariseos salieron y se confabularon con los herodianos para buscar la forma de acabar con él.
Palabra de Dios
P. Cristian Salomón Sacerdote de la Arquidiócesis de Rosario
¡Buen día! espero estes bien. Hoy Marcos nos muestra a Jesús que, a pesar de las controversias o dificultades con los fariseos, se dirije a la sinagoga y viendo un hombre con la mano paralizada, no duda en sanarlo, queriendo salvar y hacer el bien, aunque sea sabado.
Por otro lado Marcos nos muestra en el mismo relato, a los fariseos que sólo observan a Jesús para ver en qué pueden sosprenderlo y acusarlo. Jesús molesta, hace lío, obra diferente a ellos. A tal punto llega su bronca que se hacen aliados de los herodianos para acabar con Jesús… terrible.
¡Cuanto nos enseña Jesús!! Siempre hace el bien, se reune para orar en la Sinagoga, aún sabiendo que quieren condenarlo. Con confianza y seguridad y mucha libertad sigue sanando, salvando, predicando, anunciando aunque eso le cueste la vida.
Nosotros muchas veces aún mostrándonos convencidos de lo que creemos, no obramos con la seguridad y libertad de Jesús, nos comportamos muchas veces como el camaleón, que cambia de color según la ocasión…dejamos de hacer el bien, de ser testimonio, hasta incluso de orar juntos por el qué diran, porque los otros no lo hacen, porque piensan distinto, por prejuicios….
Sin embargo, el conocer, experimentar y saber cuánto nos Ama Dios y cuanto quiere la salvacion de todos, como Jesús, siempre nos dará la seguridad y fuerza necesaria para hacer el bien, sanar y salvar a otros.
El señor Jesús necesita de vos, que sabes de su Amor, que fuiste y sos sanado y liberado continuamente por Él, por su gracia, que queres seguirlo y amarlo, te necesita seguro y confiado, haciendo siempre el bien, en el lugar, momento y situación que sea, con toda tu vida, palabras y gestos.
Gracias Señor por tu amor que Salva, que sana, que libera, que da confianza y me hace testigo, gracias Señor por confiar en mi, en nosotros; gracias porque a través de mi vida, de mis gestos y acciones seguis obrando tus maravillas de bien y de vida.
Dame un corazón firme y seguro de tu amor y salvación, para que pueda seguir mostrándote, construir tu Reino.
Que tenga lindo día, ¡Dios te bendiga!