Jesús subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso. Ellos fueron hacia él, y Jesús instituyó a doce para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con el poder de expulsar a los demonios.
Así instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro; Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; luego, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.
Palabra de Dios
P. Nicolás Retes sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires
El evangelio de hoy queridos amigos de oleada joven nos presenta este llamado que hace Jesús para que estén con Él. Y elige bien Jesús, elige a los que Él quiere, para que estén con Él, para que sean sus compañeros, para que puedan anunciar la buena noticia del Reino, para que sean sus apóstoles.
Estos seguidores de Jesús comparten la intimidad con el Maestro y serán quienes luego sean pilares de la iglesia, más allá de Pedro y Pablo que son las columnas principales tenemos a los apóstoles. Cada uno de ellos evangelizará en una región distinta, y tendrán la misión de transmitir la palabra de Cristo, tendrán la misión de anunciar a Jesús con gestos, con obras, dando testimonio con su propia vida, incluso hasta derramar su propia sangre.
Pedimos en este día al Señor la gracia de nosotros también como los apóstoles poder imitar esa tarea evangelizadora, esas ganas, ese deseo de contagiar a otros, especialmente a los más lejanos, a los que no conocen a Jesús, a los que no escucharon hablar de ÉL, la Buena Noticia.