Evangelio según San Marcos 10,1-12

miércoles, 22 de febrero de
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Jesús fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Se reunió nuevamente la multitud alrededor de él y, como de costumbre, les estuvo enseñando una vez más. Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: “¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?”.

 

El les respondió: “¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?”.Ellos dijeron: “Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella”.Entonces Jesús les respondió: “Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes.

 

Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”.

 

Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto. El les dijo: “El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio”.

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. Nicolás Retes sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires

 

Queridos amigos de Oleada Joven, el evangelio de este Viernes 24 de Febrero nos presenta este texto tan conocido en el cual Jesús habla del matrimonio, donde habla de su INDISUBILIDAD, donde nos invita realmente a guardar la fidelidad como un verdadero tesoro que hay que cuidar en todo tiempo.

 

¿Le está permitido al hombre divorciarse de su mujer? Le preguntan los fariseos para ponerlo a prueba. Jesús recurre a Moisés y cita la Ley de alguna manera pero explicada por los mismos fariseos.

 

En el fondo Jesús aclara que esto, esta solución que da Moisés, es más bien por la dureza, por la terquedad de sus corazones, pero que, en realidad Dios no quiere eso, al contrario, busca que el hombre y la mujer formando una unidad perfecta se pongan de acuerdo y con la gracia de Dios, porque todo es gracia, puedan vivir para siempre juntos.

 

Por eso esta hermosa vocación de sacramento de del matrimonio es una invitación que tiene que ser cultivada en lo profundo de los contrayentes.

 

De hecho, se sienten atraídos el uno por el otro y que tiene a Dios como testigo en el medio, y justamente, sabemos que la Gracia de Dios nunca defrauda, a veces se hace difícil por las costumbres del mundo que vivimos hoy y muchas veces los ejemplos no son los mejores, pero si uno busca en lo profundo del corazón, nos damos cuenta que este texto responde a una gran verdad que está inscrita, que esta anotada en el propio corazón.

 

A los discípulos tampoco les quedo muy claro el tema y cuando están en privado, ya en la casa le preguntan y Jesús les vuelve a aclarar lo mismo, esta expresión tan linda, LO QUE DIOS HA UNIDO QUE NO LO SEPARE EL HOMBRE es la que utilizamos también en el ritual al celebrar el sacramento del matrimonio.

 

Pidamos al Señor por todos los matrimonios, por la familias especialmente por aquellos que se están preparando para recibir este hermoso sacramento, para que puedan crecer en fidelidad y también pedimos por las vocaciones, sepamos y recordemos que, en la vocación matrimonial nacen todas las demás vocaciones.

 

 

Radio Maria Argentina