Soltar lastre

domingo, 12 de marzo de

A veces vamos por la vida prematuramente encorvados, encogidos por peso innecesario, vueltos hacia dentro. Nos abruma alguna que otra losa. Sepultados en vida, en la fosa de los temores, las indecisiones o las memorias hirientes. Víctimas de la tristeza, del prejuicio o de la inseguridad.

Dios es el que nos invita a dejar caer el peso muerto. A romper las cadenas que aprisionan. A remontar el vuelo. Dios es el que nos tiende la mano y nos libera de lápidas innecesarias. Es el que nos enseña a salvar obstáculos, a derribar los muros de la prisión interior. A plantarle cara a los temores y sacudirnos el yugo de lo innecesario. Y lo sorprendente es que a veces es más fácil de lo que parece. Solo hay que intentarlo, confiando en que no vamos solos.

 

Somos quienes somos, y en buena medida construimos nuestra vida sobre lo vivido. La experiencia, los buenos y malos recuerdos, los aprendizajes que llevamos en la maleta… todo eso es importante. Pero el pasado puede convertirse en lastre, si quedamos presos de él. 

Si nos domina la memoria de lo vivido, o de lo no vivido, para bien o para mal. Si no somos capaces de superar rencores o desaciertos. Si el amor de antaño nos impide amar hoy. Si el ayer ausente nos encadena. Contra todo eso, Dios nos invita a seguir viviendo hoy, y a mirar adelante, avanzando, impulsados por posibilidades, proyectos y sueños. 

 

Fuente: pastoralsj.org

 

 

Oleada Joven