¡Hola a todos! Hoy quiero contarles una historia de compañerismo y fidelidad. En donde vivo y tengo mi negocio en Santa Fe Capital, que es una Avenida muy importante de la ciudad, todos los días vemos a estos dos personajes maravillosos: el señor encargado de la limpieza de la calle y un pequeño perro barbincho.
Al comenzar la jornada laboral del señor a las 6 de la mañana se encuentran en el depósito de donde saca el carrito y el perro ya lo esta esperando. Juntos recorren toda la avenida ida y vuelta haciendo su trabajo el caballero y el perro lo acompaña siempre de cerca sin perderle rastro. Los vecinos y comerciantes amigos los saludan a los dos, al barbincho con una caricia en el lomo o en su cabeza ofreciéndole agua y comida, y al señor estrechandole la mano, ya que los dos son muy amables y amigables.
Cada fin de jornada, al llevar las cosas nuevamente al depósito, se despiden y cada uno se va por su lado, hasta que se encuentren de nuevo al día siguiente.