Ocultó su discapacidad y consiguió numerosas citas online

viernes, 16 de junio de
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Jason Laughin, un periodista estadounidense a los 30 años ingresó en el mundo de las citas online. “Para una persona en el siglo XXI, las citas online son la forma más simple de salir con alguien”, comentó en su columna en Philly. “Desafortunadamente, si alguien te da una oportunidad en aplicaciones como Tinder o Bumble depende, en gran medida, de cómo te ves. Con mis deformidades visibles, estoy seriamente en desventaja desde el principio”, siguió.

 

Laughlin nació con una discapacidad. Una enfermedad congénita que lo obliga a necesitar ayuda para movilizarse, lo hace utilizando sus muletas. Aprendió a vivir con ello. Sus padres le enseñaron a verse a sí mismo como cualquier otro niño. Cuando creció se destacó en su trabajo, forjó amistades fuertes, pero siempre tuvo un problema: salir con mujeres.

 

Su experiencia personal en la búsqueda de citas a través del universo cibernético, lo llevó a tomar una decisión, hace un experimento del cual concluye con una reflexión que quiso compartir con el mundo:

 

Teniendo en cuenta que su discapacidad jugó un rol clave en sus fracasos amorosos. Decidió sacar las fotos en las que se lo muestra con muletas de sus aplicaciones de citas.

 

“A principios de este año, después de pasar semanas sin un ‘match’, y mucho menos una cita, eliminé de mis perfiles todas las imágenes que mostraran mi discapacidad. Fue un experimento para ver cómo iría si me presentara como un tipo normal”, contó.

 

A medida que pasaban los días, se dio cuenta de que su éxito aumentaba. Podía ver desde lejos lo que sentían los demás, pero no participar de ello. “Al borrar mis limitaciones físicas, tuve una idea de lo que se sentía la normalidad”, confesó. Aunque lo único que logró fue ponerlo furioso.

La euforia por sentirse en “un juego de rol”, por participar en un mundo en el que siempre había querido estar, de forma anónima, dio paso a la angustia por saber que estaba haciendo algo incorrecto. Entonces, tuvo que terminar con la ilusión. “Sería injusto no permitir que estas mujeres supieran cómo me veía antes de conocerme, así que les expliqué mi situación”.

 

Algunas no tuvieron problema en seguir y concertar una cita que, en su mayoría, terminó en nada. Otras admitieron que no querían salir con personas discapacitadas, pero las que más afectaron al periodista fueron aquellas que comenzaron a responder mensajes con menos frecuencia. A ocultar que, en verdad, no querían tener una cita con él.

 

“Mi experimento de citas online alimentó un pensamiento feo, que las cosas más esenciales sobre mí simplemente no importan cuando se pesan en contra de cómo me veo”, concluyó Laughlin, aunque continuó: “Injusto, ¿no? Excepto que, en realidad, yo no soy mejor que ellas. He pasado a la izquierda (rechazado) sin pensar un segundo cuando alguien tenía sobrepeso o demasiados tatuajes o no me parecía atractiva”.

 

Este compartir de Jason puede llevarnos a reflexionar, pensar y preguntarnos, ¿Cuántas veces rechazamos a las personas solo por su aspecto físico? ¿Cuántas veces nos perdemos del tesoro que una persona ES por el simple hecho de elegir quedarnos con nuestros PRE-JUICIOS? ¿Cuántas veces, como Jason, nos sentímos víctimas de algo que sin reconocerlo también nosotros hacemos a otros?

 

Fuente: Infobae

 

Oleada Joven