Evangelio según San Mateo 6,1-6.16-18

lunes, 19 de junio de
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Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo.

 

Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.

 

Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.

 

Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

 

 

 

Palabra de Dios

 

 

 


 

P. David Pintos 

 

 

El Evangelio nos habla hoy sobre el ayuno, la oración y la limosna. Es la cita del Evangelio que meditamos el miércoles de ceniza para comenzar a vivir el tiempo de Cuaresma. Tal vez si lo volvemos a escuchar hoy es para saber que estas tres actitudes no solamente es para practicarla en un determinado momento sino que son tres actitudes fundamentales que tienen que estar bien arraigadas en el corazón y realizarlas siempre, es decir, realizarlas en todo momento.


Hay cosas que las realizamos siempre y que no necesitan de mucho esfuerzos de nuestra parte, eso significa que ya están asimiladas y naturalizadas en nosotros. Si yo les pregunto ¿Cómo están la oración, el ayuno y la caridad en ustedes? ¿Qué me responderían?


Si meditamos estas actitudes en el día de hoy es para saber que la Iglesia quiere que estas actitudes formen parte de un estilo de vida que tenemos que tener. El denominador común que encontramos en la práctica es el silencio, la humildad… el motivo de realizarlas es Dios. Todo lo que hagamos es por amor a Dios Padre. Por eso no es necesario pregonarlo o poner la atención en hacer las cosas para que todos nos vean. No no. Hacer las cosas con amor y por amor y nada más. Las recompensas vendrán solas. Pero ¿Si practicó y hago las cosas y no vienen las recompensas? Que me importa, yo las hago por amor y listo.


Tarea para la casa: pedir la gracia y poner en práctica la oración, el ayuno y la caridad para asimilarlas y que se hagan naturales en mi. Y practicarlas sólo con amor y por amor. Todo por amor a Dios.


Que tengan un bendecida jornada.

 

Radio Maria Argentina