Para que mi amor no sea un sentimiento
tan sólo de deslumbramiento pasajero;
para no gastar mis palabras más mías
ni vaciar de contenido mi “te quiero”.
Quiero hundir más hondo mi raíz en ti
y cimentar en solidez éste, mi afecto;
pues mi corazón, que es inquieto y es frágil,
sólo acierta, si se abraza a tu proyecto.
Más allá de mis miedos,
más allá de mi inseguridad,
quiero darte mi respuesta:
aquí estoy, para hacer tu voluntad,
para que mi amor sea decirte sí,
hasta el final.
Duermen su sopor y temen en el huerto:
ni sus amigos acompañan al Maestro.
Si es hora de cruz, es de fidelidades;
pero el mundo nunca quiere aceptar esto.
Dame comprender, Señor, tu amor tan puro:
amor que persevera en cruz, amor perfecto.
Dame serte fiel cuando todo es oscuro,
para que mi amor sea más que un sentimiento.
No es en las palabras ni es en las promesas
donde la historia tiene su motor secreto:
sólo es el amor en la cruz madurado,
el amor que mueve todo el universo.
Pongo mi pequeña vida hoy en tus manos,
por sobre mis seguridades y mis miedos;
y, para elegir tu querer y no el mío,
hazme, en mi Getsemaní, fiel y despierto.
Letra de la canción “En mi Getsemaní” de Eduardo Meana