Evangelio según San Mateo 7,15-20

martes, 27 de junio de
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Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?

 

Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos. Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán.

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 


P. David Pintos sacerdote de la Diócesis de la Nueva Orán

 

 

 

 

Ubicamos este pasaje del Evangelio dentro del gran discurso que Jesús deja a sus discípulos, el Sermón de la montaña, es el anuncio de Jesús sobre el Reino de Dios, el gran proyecto de amor de Dios Padre para nosotros. Y también en este discursos encontramos las enseñanzas que Jesús deja a sus discípulos para poder trabajar para llegar al Reino de Dios.


Una vez lo escuché al Papa decir que si nosotros queríamos un manual para ser felices y para ayudar a ser felices leyéramos el Sermón de la Montaña. Que lindo que cada uno de nosotros, nuestras comunidades se organicen y mediten detalladamente este gran discurso que Jesús nos dejó en el Sermón de la montaña para saber hacia dónde ir y como ir.


Hoy específicamente meditamos sobre cómo reconocer a los verdaderos y falsos profetas. El Señor nos dice “por sus frutos lo reconocerán”.   Es muy bueno y claro el ejemplo que nos da Jesús para poder saber. Pero muchas veces todos nosotros nos quedamos en el nivel de no poder reconocer al falso profeta “un lobo rapas disfrazado de oveja” porque son demasiados simpáticos, cariñosos, amables, y muchísimas otras características de seducción por las cuales muchas veces nos vemos envueltos y ciegos por estos falsos. Aprendamos a distinguir a estas personas que muchas veces nos llevan a hacer cosas malas y nos llevan por mal camino, o mejor dicho nos alejan de Dios. Que triste es saber que dentro de los nuestros hayan personas que no se comprometan de verdad con el Evangelio y se dejen arrastrar por los vicios, los desmanes, las noches, las malas juntas camufladas bajo la simpatía… Cuántas veces dentro de nuestras comunidades y amigos hay de aquellos que nos dicen “Te quiero mucho, te hago el aguante, estoy con vos… somos amigos…” pero inmediatamente te hacen la propuesta de gastar dinero en vicios y noches, y salir todas las noches Y todos los fines de semanas… y así seguir así, y pasan las semanas y los años… y soy de un grupo de la Iglesia, y pertenezco a un grupo solidario. Y se pierde mucho tiempo en eso y damos vueltas en lo mismo… y pasan los años… y nos distraemos… y al final no damos frutos concretos o serios, o frutos como lo quiere Dios o frutos verdaderos que necesita la sociedad de hoy. Tal ves seamos cada uno de nosotros los que nos estamos convirtiendo en falsos profetas o Somos los falsos profetas que inducimos a los demás. Puede ser? 

 

Por ahí ya tiene que llegar el momento ahora de decirles “no” a estos falsos profetas o decirle “no” a todo lo que me está convirtiendo en falsos profeta. Falsos profetas que sólo nos distraen y nos dejan crecer, estos falsos profetas que en el fondo no nos quieren y que nos pone en contra del proyecto de Dios. 

 

¿Me dejo seducir por los falsos profetas? ¿Me estoy convirtiendo yo en falso profeta? ¿Qué frutos di hasta el momento? ¿Son como los quiere Dios? 

 

Pidamos al Señor hoy la gracia del discernimiento que tanto lo necesitamos, distinguir el bien del mal, para elegir siempre el bien y rechazar rotundamente el mal. 

 

Que tengan una bendecida  jornada.

 

Radio Maria Argentina