Jesús dijo a la multitud: “El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.”
Palabra de Dios
P. David Pintos sacerdote de la Diócesis de Orán
La Palabra de hoy nos recuerda que “El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, va a vender todo lo que tiene y compra el campo…”
¿Qué consideras lo más valioso de tu vida? ¿Por qué? ¿Cuál es la perla preciosa de tu vida tanto material como espiritual?
Sin dudas que hay muchas cosas buenas e importantes en nuestra vida, pero siempre hay algo que es lo más importante y, por amor de esto más importante, necesitamos saber prescindir de otras cosas secundarias…Dios, la familia, el amor auténtico, la salud, el trabajo, la educación, los amigos, el noviazgo, el club… etc… ¡No todo tiene el mismo peso…!
Es curioso, algunas veces tenemos claro con la cabeza qué es lo más valioso, pero a la hora de las decisiones más importantes, son “otras cosas” las que parecieran pesar más… y es eso lo que nos tiene un poco alterados, divididos, cansados, o no felices del todo… ¡es que el orden de los valores, en este caso, si alteran el producto!
Pero más duro todavía, es observar a tantas personas que, con mucha frecuencia, no saben ya por qué ni para qué viven… porque pareciera que “todo da los mismo…” que “no vale la pena luchar por nada”, que “no hay que buscar nada, porque no hay nada que encontrar…” ¡cada vez más se ven hombres y mujeres cansados de todo… que han perdido contacto con lo vital…!
Pero en medio de esos cansancios, el hombre siente desesperadamente la necesidad de un sentido, de un camino, de una causa por la que vivir… sigue buscando inconscientemente un tesoro, un tesoro que vale más que todo lo que le rodea, un tesoro que salve su vida dándole una causa para vivir y para morir… porque las grandes causas para vivir son a la vez grandes causas para morir, para dar la vida por ellas…
Dios nos conceda en este día la gracia de encontrar en Él el tesoro de nuestra vida. Y que al haberlo encontrado lo dejemos todo por Él.
Que tengan un bendecido día