Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: “Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez”.
“¿De dónde me conoces?”, le preguntó Natanael. Jesús le respondió: “Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera”.
Natanael le respondió: “Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”. Jesús continuó: “Porque te dije: ‘Te vi debajo de la higuera’, crees . Verás cosas más grandes todavía”. Y agregó: “Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.”
Palabra de Dios
P. Nicolás Retes sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires
¡Queridos amigos de Oleada Joven !
La liturgia de la Iglesia nos presenta hoy a los Santos Arcángeles, Miguel, Gabriel y Rafael.
Y en el texto que escuchábamos recién que está tomado del evangelio según San Juan, allí por el capítulo 1, casi al final, se menciona esto de “ver” … como cosa más grande, a los Ángeles, subir en este cielo abierto, el cual describe Jesús: “a los Ángeles de Dios, subir y bajar sobre el hijo del hombre”.
El texto, también menciona a Natanael (o Bartolomé) que justamente hace una profesión de Fe y reconoce en Jesucristo al Hijo de Dios: “Tú eres el rey de Israel, maestro Tú eres el Hijo de Dios ”.
Pidamos en este día , esta gracia. Poder reconocerlo a Jesucristo, que no es algo menor, poder reconocerlo en sus distintas presencias, no solamente en la Eucaristía, donde El se encuentra por excelencia cada vez que celebramos, este gran misterio, este gran sacrificio de la misa.
Sino también poder reconocerlo:
+ En nuestros hermanos más pobres.
+ En los que sufren.
+ Las personas que nos salen al encuentro cada día.
+ Reconocerlo en lo profundo de nuestro corazón, que allí también habita desde el día del bautismo.
+ Reconocerlo cuando nos juntamos a rezar con otro, donde 2 o más se reunan a rezar en mi nombre, allí está presente Jesús, ¿no es cierto? ¡Esto lo sabemos también! .
+ En cada acto de caridad que vamos haciendo, sabemos que el Señor se hace presente.Que nos acompaña con su Providencia.
Que el Señor nos regale, entonces, en esta fiesta de los Santos Arcángeles, poder reconocerlo en sus distintas presencias.