Evangelio según San Lucas 9,57-62

martes, 3 de octubre de
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Mientras Jesús y sus discípulos iban caminando, alguien le dijo a Jesús: “¡Te seguiré adonde vayas!”. 

 

Jesús le respondió: “Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”. 

 

Y dijo a otro: “Sígueme”. El respondió: “Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre”. 

 

Pero Jesús le respondió: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios”. 

 

Otro le dijo: “Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos”. 

 

Jesús le respondió: “El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”. 

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. David Pintos sacerdote de la Diócesis de San Ramón de la Nueva Orán 

 

El Evangelio nos da la oportunidad para reflexionar sobre el seguimiento a Jesús. El seguimiento a Jesús es una cuestión de amor; si lo amamos realmente de verdad lo seguiremos hasta las últimas consecuencias de lo contrario será cuestión de tiempo para saber que uno lo dejara sólo si no hay amor en el seguimiento. Es así, si hay amor lo seguiremos sino hay amor lo dejaremos. Por lo tanto los que realmente están enamorados de Jesús son sus fieles seguidores que lo dan todo por él sin abandonarlo nunca. Quienes aman a Jesús nunca tienen escusas para servirle y trabajar por su reino. No tienen otras opciones más que las de Jesús, porque él es la opción fundamental.

 

Por eso sería bueno preguntarse como es nuestro seguimiento a Jesús. ¿Hay amor en nuestro seguimiento? ¿estoy enamorado de Jesús? ¿Soy de elegirlo siempre a él? O ¿siempre se presentan otras opciones para elegir y lo dejo al último a Jesús?

 

Creo que la cuestión es: o lo elijo a Él o no lo elijo… o lo sigo a él o no lo sigo. ¿Vos lo elegís realmente? ¿Vos lo seguís realmente?.

 

Los que lo elegimos y seguimos a Jesús nunca nos arrepentiremos de haberlo hecho, somos muy felices de vivir con él, felices de vivir para él con las manos puestas en el arado trabajando por su reino.

 

Que Dios nos conceda amor para poder seguir fielmente a Jesús a todos lados sin reclinar la cabeza como él.

 

Oleada Joven