Camino al Bicentenario Jesús María

lunes, 9 de octubre de
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El viernes pasado 6 de octubre toda la familia Jesús María en el mundo se puso en camino hacia el bicentenario. Se abrieron los festejos que culminarán el 6 de octubre del año que viene.

Pensar en 200 años es pensar en la historia, en Santa Claudina y sus compañeras que se animaron a decirle sí a Dios y lanzarse a esta “loca empresa” en medio de tantas dificultades. Es que Claudina no la tenía fácil. Era una época difícil, de mucha violencia, de guerra, de revolución. Vivió en carne propia el asesinato de sus hermanos y aquél “perdona como nosotros perdonamos” que le dijeron ambos antes de morir quizás le fue familiar porque rezaba todos los días el padrenuestro en casa. Sin embargo esta vez fue distinto, ya que experimentó el dolor y lo que producía. Así y todo, no optó por quedarse de brazos cruzados alimentando la angustia, la bronca, la desesperación que afloran en estos momentos. Ella prefirió convertirlo todo en algo bueno porque había experimentado en su corazón la bondad y la misericordia de Dios.

Hace 21 años que formo parte de Jesús María, primero como alumno y luego como personal del Colegio. Uno puede pasar por el mismo lugar 10, 20, 30 años y dejar todo igual, no llevarse nada. El carisma de Jesús María me invitó a experimentar la misericordia y la bondad de Dios y acepté. Me hizo conocer a un Jesús vivo que se entrega por amor a los demás sin distinciones. Me hizo salir al encuentro del otro en cada misión, en cada lugar. Me hizo enamorarme de la espiritualidad ignaciana que elegí para caminar en la iglesia y poder ver y amar a Dios en todas las cosas.

Claudina entendió que tenía que actuar y se animó a transformar su realidad golpeada por la post guerra atendiendo a las niñas huérfanas. Hoy nosotros tenemos que ser capaces de escuchar atentos la voz de Dios, mirar nuestro entorno, y animarnos también a transformar nuestra realidad, en el lugar que nos toque. Nuestra familia, nuestro trabajo, nuestra escuela, nuestra obra, nuestro barrio, etc. Tal vez sea momento de preguntarle a Dios: ¿Qué querés que haga por Tí?

Ojalá cada uno pueda estar atento al llamado de Dios y animarse a “experimentar” el amor paciente, bondadoso y misericordioso de Dios y así todos juntos podamos decir: ¡Qué bueno es Dios!

 

 

Claudio Acevedo

08/10/2017

Claudio Acevedo